En esto conocemos que permanece en nosotros: por el Espíritu que nos dio
Reflexiones sobre las lecturas del quinto domingo de pascua (29 de abril 2018): Hch 9,26-31; Salmo 21; 1Jn 3,18-24; Jn 15,1-8
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
“Permaneced en mí, y yo en vosotros.”
Si no estamos unidos a Jesus, somo como sarmientos secos, sin fruto; sin una conexión con Jesus carecemos de la savia, que nos puede hacer fructificar para Dios, para nosotros mismos, para nuestras familias, para la Iglesia y para nuestra sociedad. Jesus quiere que estemos arraigados fuertemente en él, por lo tanto, tenemos que podar y cortar las ramas que no dejan fluir la acción del Espíritu en nosotros y en nuestras comunidades. Jesus es el centro de nuestra fe y de nuestra acción pastoral como Iglesia, él es el tronco, por esos debemos de dejar de “andar por las ramas” y centrar nuestra mirada y actitud de discípulos en él.
Solo insertados en Jesus podremos llevar adelante nuestra vocación personal y comunitaria, solo como sarmientos insertado en él, podremos; como nos dice el Papa Francisco, ser evangelizadores con Espíritu, evangelizadores que se abren sin temor a la acción del Espíritu Santo para anunciar la Buena noticia no solo con palabras, sino sobre todo con su vida que se transfigurado en la presencia de Dios. (AE #259)
Recibamos entonces alegremente este quinto domingo de pascua, la invitación a permanecer adheridos a Jesus, la vid. A reafirmar nuestra Fe como un proceso de conversión permanente, y decirle “si” también a nuestro discipulado, sabiendo que somos sarmientos que estamos llamados a dar mucho fruto en Jesus.