Predicando Mision

XXX domingo del tiempo ordinario ~ 24 de octubre, 2021

Written by Equipo MISSIO | Oct 19, 2021 4:15:53 PM

¡No podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído! (Hch 4,20)   

Reflexiones sobre las lecturas del XXX domingo del tiempo ordinario - (24 de octubre 2021): Jeremías 31,7-9; Salmo 125; Hebreos 5,1-6; Marcos 10,46-52

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

En Cristo, en su encarnación, en la relación con sus discípulos, en su vida, y en su pascua Dios nos muestra hasta donde nos ama.  

Llegamos al domingo XXX del tiempo ordinario, hoy celebramos también la jornada mundial de las misiones bajo el lema “No podemos dejar de hablar de lo que hemos visto y oído” (Hch 4,20) Las lecturas de la liturgia de la palabra hoy se unen al mensaje que el Papa Francisco nos comparte en ocasión de esta jornada misionera para reflexionar en el Amor que Dios nos tiene y como este se muestra a través Jesucristo, su hijo; quien, como Dios y hombre, camina con nosotros, nos hace sus testigos y nos invita a participar de su misión.  

“Así dice el Señor: "Griten de alegría por Jacob, regocíjense por el mejor de los pueblos: proclamen, alaben y digan: El Señor ha salvado a su pueblo.” La primera lectura del libro de Jeremías nos muestra, como mencionábamos cual inmenso es el Amor que Dios tiene a su pueblo, no importándole cuál es el estado de vulnerabilidad y necesidad de este. La razón de ese Amor no es otra que la de ser sus hijos. Dios nos ama aun cuando nos hemos alejado o huido de él.  

"Tú eres mi Hijo: yo te he engendrado hoy" La segunda Lectura de la carta a los Hebreos, nos señala a Jesucristo como el sumo sacerdote, Quien es llamado por Dios a ser el intermediario entre el y su pueblo. En Cristo, en su encarnación, en la relación con sus discípulos, en su vida, y en su pascua Dios nos muestra hasta donde nos ama y, hace suyos nuestros deseos y angustias invitándonos a ser parte activa en esta misión. 

“Al oír que era Jesús Nazareno, empezó a gritar "Hijo de David, Jesús, ten compasión de mí."” El evangelio de Marcos nos narra la curación del ciego Bartimeo un relato que está lleno de detalles, pero que sobre todo quiere acentuar la fe como base del discipulado. Es Jesus quien sea hace el encontradizo para que “los bartimeos” puedan ver y seguirle.  Es Dios quien llama y quiere entablar una relación de amistad.  Dejemos que su presencia deje una huella imborrable en nosotros, una experiencia capaz de suscitar el asombro, una alegría expansiva y gratuita que no se pueda contener: ¡No podemos dejar de anunciar y compartir lo que hemos visto y oído!