Perdona hasta setenta y siete veces
Reflexiones sobre las lecturas del XXIV domingo del tiempo ordinario (13 de septiembre, 2020): Eclesiástico; Salmo 102; Romanos 14,7-9; Mateo 18,21-35
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
“En la vida y en la muerte somos del Señor.” Pablo, en la segunda lectura recuerda a los Romanos y a nosotros que amar al prójimo y vivir para el Señor son dos cosas que está íntimamente ligadas.
Las lecturas de este domingo XXIV del tiempo ordinario nos traen pasajes bíblicos que se enfocan en el tema del perdón. Al escuchar o leer dichos pasajes nos damos cuenta de que el perdón requiere el ejercicio conjunto de la valentía y la humildad. Dios a través de las lecturas de hoy Dios no invita a recordar que pedir y recibir perdón, está directamente relacionado a nuestra capacidad de perdonar a otros.
“Perdona nuestras ofensas, como nosotros perdonamos a los que nos ofenden…” ¿Cómo rezamos y actuamos ante esta parte de la oración del Padre nuestro? ¿Pedimos a Dios perdón por nuestras faltas? ¿Tenemos la disponibilidad y actitud de perdonar a otros?
“Perdona la ofensa a tu prójimo, y se te perdonarán los pecados cuando lo pidas.” El libro de Ben Sira, conocido como el Eclesiástico, nos ofrece una serie de orientaciones para ayudarnos a la crecer y madurar en la fe y en la convivencia comunitaria, hoy nos dice que cuando nos llenamos de ira y furor estas nos conducen al deseo de venganza. Y que la venganza se vuelve contra la persona que la ejerce. Por eso el único camino que queda es optar por el perdón. A la vez, esta lectura nos aclara que mantener la mirada puesta en la Alianza con Dios, nos capacita mejor para tomar mejores decisiones y que hay una reciprocidad entre perdonar y obtener perdón.
“En la vida y en la muerte somos del Señor.” Pablo, en la segunda lectura recuerda a los Romanos y a nosotros que amar al prójimo y vivir para el Señor son dos cosas que está íntimamente ligadas. Por lo tanto, no se pueden separar. Quién vive para el Señor amará, comprenderá, servirá y perdonará a su prójimo.
¿Cuántas veces le tengo que perdonar a mi hermano? En evangelio de Mateo, Pedro pregunta a Jesus por el límite del perdón. Pero para el maestro, el perdón no tiene límites, siempre y cuando el arrepentimiento sea sincero y veraz. Para explicar esta realidad, Jesús emplea una parábola. La pregunta del Rey centra el tema de la parábola: ¿No debías haber perdonado como yo te he perdonado?
Oh, Dios, creador nuestro, fundamento de la Existencia, del Amor y de la Gracia; acrecienta en nosotros la conciencia de tener tu Amor como fundamento de nuestras acciones, para que, habiendo optado por el Bien, la verdad y la justicia, vivamos la libertad de los hijos de Dios, capaces de pedir y ofrecer perdón. Te lo pedimos por tu hijo Jesucristo en poder del Espíritu santo. Amen
