La fe, sin obras, está muerta
Reflexiones sobre las lecturas del XXIV domingo del tiempo ordinario - (12 de septiembre 2021): Isaías 50,5-9a; Salmo 114; Santiago 2,14-18; Marcos 8,27-35
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
La evangelización es nada más y nada menos que la fe puesta en acciones y viceversa.
Este domingo nos trae un mensaje muy particular acerca de la búsqueda cristiana de la justicia y el alcance de la paz. Propuesta que no comienza fijándose necesariamente en las necesidades materiales, sino apelando a la consciencia. En efecto las propuestas que solo prometen remediar estas necesidades temporales, como el hambre, o buscan derrocar gobiernos e imperios, a pesar de que son necesidades reales y apremiantes, no pasan de ser eso “temporales” al poco tiempo de los cambios los líderes se llenan de ambiciones que crean también nuevos tiranos.
Las lecturas de hoy, en especial la carta de Santiago, nos plantean en su conjunto una alternativa diferente, una propuesta de fe que gira alrededor de la decisión comunitaria de valorar la tan frágil dignidad humana y transformar con nuestras acciones la realidad de muerte, miseria, marginación e injusticia que son generadores a la vez de hambre, odio, división social, guerra, etc.
Sin esta transformación “interior” será inútil proponer la transformación “exterior.” El discípulo misionero no se puede conformar con mirar desde la barrera lo que pasa en el mundo. "Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe." Nuestra fe nos debe llevar a la acción transformadora del mundo en que vivimos.
“¡Tú piensas como los hombres, no como Dios!... el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mí y por el Evangelio la salvará." Este episodio que nos cuenta Marcos es que conforma el centro de su evangelio. Jesus sorprende a sus seguidores y recurre a palabras duras para dejarles saber que sus pensamientos solamente se quedan en lo temporal y a la vez que lo temporal se transforma con las acciones.
El anuncio que Jesus hace de las dificultades que han de venir: La pasión, la cruz deben ser tomadas como consecuencia inevitable de tomar la misión. La evangelización es nada más y nada menos que la fe puesta en acciones y viceversa.
Que hoy podamos poner nuestro discipulado en contexto para reflexionar y responder a las siguientes preguntas: ¿Para nosotros sus discípulos hoy, quien es Jesus? y ¿Qué es más importante en nuestro discipulado la fe o las obras?
Acompaña, Padre, nuestra reflexión, abre nuestros corazones para aceptar tu llamada de fe y nuestros oídos para que sepamos escuchar las continuas llamadas a la acción que tú nos hace. Que sepamos fortalecer nuestra fe y que a través de nuestro discipulado podamos hacer presente tu Reino aquí y ahora, abre nuestros corazones para que sepamos ver a todas las personas como a tus hijos, nuestros.
