¡Qué grande es tu fe!
Reflexiones sobre las lecturas del XX domingo tiempo ordinario (16 de agosto, 2020): Isaías 56,1.6-7; Salmo 66; Romanos 11,13-15.29-32; Mateo 15,21-28
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En este tiempo en que estamos viviendo la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias, no solo creamos en Jesus, sino que, siguiendo el ejemplo de la mujer pagana, demos pasos firmes...
La fe es un regalo y como regalo la podemos aceptar o rechazar, fortalecerla o dejar que se debilite. Ser discípulo de Jesus requiere una relación directa con Jesus y a la vez aceptar también el don de la fe en el ¿Qué significa para nosotros, como discípulos del Señor, tener fe? ¿Qué podemos hacer para alimentar nuestra fe en él?
La lectura del evangelio de Mateo este domingo XX del tiempo ordinario nos presenta el pasaje conocido como “El de la mujer pagana.” Mateo nos dice que esta mujer tenía fe que Jesus podía sanar a su hija. Jesus, al ver la fortaleza de la fe de esta mujer y darse cuenta de todos los obstáculos que paso para llegar hasta él, rompe la expectativa judía a cerca de la salvación al responder a la petición de ella y sanar a su hija.
La mujer cananea alimento su fe con el amor que sentía por su hija. Este amor tiene su origen también en Dios. Así también nosotros podemos, al igual que lo hicieron en ese tiempo los discípulos, acrecentar nuestra fe con el ejemplo de esta mujer que, con su amor de madre, consiguió que el maestro Jesus actuara en ese mismo amor para sanar a su hija y dejar claro de esta manera que la salvación vino para todo a la humanidad.
La mayoría de los judíos, en tiempos de Jesus, pensaban que el Mesías salvaría solo al pueblo de Israel. A pesar de que varios profetas, como (el tercer) Isaías, en la primera lectura; habían proclamado la universalidad del amor de Dios.
La centralidad de la fe y la salvación universal de este domingo XX del tiempo ordinario debe ayudarnos a todos y cada uno de los discípulos de Jesus hoy a responder las preguntas que están al principio de esta reflexión, para que renovando nuestra fe también fortalezcamos nuestro discipulado.
En este tiempo en que estamos viviendo la pandemia del COVID-19 y sus consecuencias, no solo creamos en Jesus, sino que, siguiendo el ejemplo de la mujer pagana, demos pasos firmes de ir hacia él y de que donde esta Jesus la vida nunca se acaba. Que su resurrección fortalezca nuestra fe y nuestra acción pastoral para compartir este mensaje de salvación con todos.
¡Que nada nos turbe, que nada nos espante, que siempre confiemos en ti, que seamos capaces de abandonarnos en ti! ¡Porque si te tenemos a ti, contigo basta y nada nos falta!