¿Quién es mi prójimo?
Reflexiones sobre las lecturas del XV domingo del tiempo ordinario - (10 de julio 2022): Deuteronomio 30,10-14; Salmo 68; Colosenses 1,15-20; Lucas 10,25-37
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Que en este domingo XV del tiempo ordinario, podamos también nosotros retomar el llamado a la unidad de fe y que esta fe, nos haga proclamar con Pablo que Jesucristo es El Señor...
“El mandamiento está muy cerca de ti: en tu corazón y en tu boca. Cúmplelo." La primera lectura de la liturgia de hoy nos ofrece un texto del capítulo 30 del libro del Deuteronomio. Libro que recuerda lo que Dios ha hecho con su pueblo Israel y lo motiva amarlo de todo corazón. Escrito entre los años 700 y 400 a. C. época de división y de exilio para Israel.
El Deuteronomio centra su intención en la unidad de Israel en torno a una sola fe y un solo culto. El Capítulo 30 el cual bien podríamos llamar el “capítulo de la esperanza del pueblo de Israel.” Ya les comparte el esperanzador de que “El precepto no supera sus fuerzas, ni esta fuera de su alcance, aunque estén en el exilio.” También, reafirma que “La palabra de Dios está en la boca y en el corazón de cada miembro de la comunidad.”
“Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo.” La carta a los Colosenses nos ofrece un himno a Jesucristo, un himno que poéticamente presenta quien es el y como su acción salvadora se conecta con toda la historia de salvación. Este himno, es una confesión de fe que Pablo expresa fruto de su experiencia y, nos la dejo a nosotros para que, por medio de ella, vivíamos nuestra relación personal y comunitaria con Jesucristo el Mesías salvador y, a la vez; expresemos la alegría de llevar a otros su buena nueva.
"¿Y quién es mi prójimo?" es la pregunta central del texto que nos presenta el evangelio de Lucas hoy. Jesus, frente a una propuesta y ambiente legalista, en el cual se corre el gran riesgo de privilegiar la ley frente a la vida cotidiana, la enfrenta presentando la parábola del buen samaritano que más que una historia, es una propuesta de amor y solidaridad con el otro, una propuesta que aclara quien es el prójimo y la acción que se espera de un discípulo suyo. Jesus nos manda “ha hacer lo mismo”
Que en este domingo XV del tiempo ordinario, podamos también nosotros retomar el llamado a la unidad de fe y que esta fe, nos haga proclamar con Pablo que Jesucristo es El Señor, el principio, el primogénito, el primero en todo; y que como sus discípulos que conforman la Iglesia en salida, vayamos a las periferias de nuestra existencia con una visión clara de quien es el prójimo y que es lo que tenemos que hacer.