Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación
Reflexiones sobre las lecturas del XIX domingo tiempo ordinario (9 de agosto, 2020): 1 Reyes 19, 9a.11-13a; Salmo 84: Romanos 9,1-5; Mateo 14,22-33
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Que hoy en el contexto de la pandemia del COVID-19 y a través del mensaje que nos deja la reflexión, podamos confiar que Jesus no es un fantasma y está con nosotros...
Llegamos hoy al domingo XIX del tiempo ordinario. La liturgia de la palabra de hoy nos presenta por medio de sus lecturas, pasajes bíblicos que nos invitaran a la reflexión sobre la misión encomendada por Jesus a la Iglesia como su comunidad de discípulos y las formas de realizarlas.
El primer libro de Reyes nos habla del momento en que el profeta Elías cansado y desanimado por su intensa y difícil predicación, sube al monte Horeb, en búsqueda de Yahvé. El pasaje bíblico del capítulo 19 es parte de los que algunos exégetas llaman “el ciclo de Elías” o sea que esta historia es parte de los relatos donde el profeta levanta su voz en contra de las cosas que estaban sucediendo, ya que en este momento el Rey había introducido cultos a Dioses extranjeros, por lo tanto, había mucha confusión y la fidelidad a Dios estaba en duda.
“¡El Señor va a pasar!" Dios responde y consuela al profeta, se hace presente de la manera menos esperada. Y así, Elías comprende que Dios no se manifiesta de manera amenazante, sino que en la brisa fresca y suave que le acaricia el rostro, renovándolo e invitándolo a tomar un camino diferente para su propio discipulado y misión.
De esa misma manera, la predicación no debe dejar de denunciar las realidades que están en contra del Reino. Pero a la vez debe ser una buena nueva que de esperanza. Una Buena nueva que motive a retomar el camino de la construcción del Reino por invitación y no por imposición.
En la carta a los Romanos, por un lado, Pablo, haciendo referencia a la Ley y los Profetas, nos presenta como el centro y culmen del plan de Dios a Jesus: Dios y hombre, nacido del pueblo de Israel: “el que está por encima de todo: Dios bendito por los siglos,”
El evangelio de Mateo, por otro lado, verifica lo que Pablo menciona en la carta a los Romanos a cerca de Jesus y también nos presenta otra situación en la que la pueden caer la comunidad de Discípulos, cuando las circunstancias y preocupaciones del momento parecen que “hundirán la barca.” Y la fe que Jesus siempre nos sostendrá.
Que hoy en el contexto de la pandemia del COVID-19 y a través del mensaje que nos deja la reflexión, podamos confiar que Jesus no es un fantasma y está con nosotros; su presencia, renueve nuestra fe, nuestro discipulado y nuestra acción pastoral. Y así junto al salmista podamos proclamar: “Dios anuncia la paz a su pueblo y a sus amigos: ¡La misericordia y la fidelidad se encuentran, la justicia y la paz se besan!”
