"Mira a tu rey que viene a ti justo y victorioso"
Reflexiones sobre las lecturas del XIV domingo tiempo ordinario (5 de julio, 2020): Zacarías 9,9-10; Salmo 144; Romanos 8,9.11-13; Mateo 11,25-30
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
El plan de Dios con su pueblo necesitaba algo diferente y definitivo.
“Carguen con mi yugo y aprendan de mí, que soy manso y humilde de corazón” Llegamos al XIV domingo del tiempo ordinario. La liturgia de la palabra hoy nos da la oportunidad de reflexionar en varios temas.
Uno de los más importantes es la propuesta de Dios en el antiguo testamento de un rey que unificaría al pueblo de Israel después de del exilio babilónico. Un rey con cualidades diferentes que debería guiar al pueblo por el camino añorado de la justicia, la paz y la solidaridad. El encargado de lanzar está propuesta-profecía es el profeta Zacarias.
Zacarias nos presenta, el perfil del rey liberador, muy en contra de lo que se esperaba en momentos donde la fuerza del más fuerte prevalecía y se producían violentas guerras de dominación de un pueblo sobre otro. Para Zacarias el nuevo gobernante debía distinguirse por la humildad, la justicia y el carácter pacífico.
La humildad como capacidad para discernir la verdad y poder caminar por ella. Una humildad que no se somete, ni se conforma con la mentira. La justicia como pilar de una convivencia social en la que cada persona es consciente del sentido del bien común y vive de acuerdo con lo que necesita y no según sus ambiciones y finalmente el carácter pacífico, que es mantener y buscar la paz. Una paz que brota del interior al exterior, y lleva consigo la capacidad de resolver los inevitables conflictos que suceden en la convivencia familiar, comunitaria y social.
Mateo, quien, con su evangelio, nos presenta a Jesus como el mesías que proclama la llegada del Reino de Dios, este domingo en el capítulo 11 de su evangelio nos presenta a la persona de Jesus, como el Mesías que cumple con la profecía de Zacarias. Por esa razón, nos dice Mateo, es que Jesus no se identifica con los ideales de Mesías vigentes en la época. El plan de Dios con su pueblo necesitaba algo diferente y definitivo.
Jesus, siguiendo con el plan de amor del padre entendió que era necesario una comunidad de discípulos que llevara adelante esta misión de demostrar al mundo que “otras maneras de vivir eran posibles.” Por eso insiste en la necesidad de asumir “el yugo suave” y “La carga ligera” de la vida comunitaria, donde se aprende que el bien personal esta sumergido en gran manera en el bien común. Para lograr todo esto Jesus invita y nos invita hoy a madurar en la fe y crecer en el compromiso de ser constructores de esta nueva manera de vivir.