Amarás al Señor y a tu prójimo
Reflexiones sobre las lecturas de la Sta. Rosa de Lima (23 de agosto, 2019): Rut 1,1.3-6.14b-16.22; Salmo 145; Mt 22,34-40
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En el evangelio según Mateo de la liturgia de hoy, un grupo de fariseos hace una pregunta a Jesus “para probarlo.” Frente a la pregunta, Jesus, dice que hay dos mandamientos con la misma importancia: Amar a Dios y amar al prójimo.
Es más, Jesus va más allá y se propone el mismo como modelo de un nuevo mandamiento: “Ámense los unos a los otros como yo los he amado” Aquí Jesus nos lanza el reto como sus discípulos de amar a Dios sobre las cosas y de hacer realidad este amor en la comunidad. Esa es la única, nos dice el en algún momento que los demás creerán que somos sus enviados.
Hoy celebramos a Sta. Rosa de Lima, Mujer latinoamericana que vivió a principios de los años 1600. Ella fue un ejemplo de amor a Dios y de amor al prójimo. Un modelo de vida para la Iglesia, ella fue, en palabras del Papa Francisco, una evangelizadora con espíritu.
Los evangelizadores con espíritu, continua el Papa Francisco, son aquellos que se abren sin temor a la acción del Espíritu santo. Aquel Espíritu que, en Pentecostés, transformo a los apóstoles en anunciadores de las grandezas de Dios y les infundio la fuerza para anunciar la novedad del evangelio con audacia en voz alta y en todo tiempo y lugar.
Sta. Rosa se dedicó a anunciar a Jesucristo a partir de su relación con él, lo hizo no solo de palabra, sino sobre todo con su vida, la cual fue transfigurada en la presencia del mismo Dios. Hoy Sta. Rosa de Lima y le Papa Francisco nos dejan una clara invitación a ser Discípulos misioneros “con espíritu” aquellos que, basados en la experiencia con él y la comunidad, encuentra el impulso, la motivación y un sentido diferente de vivir la fe en la vida, no como una obligación pesada que simplemente se tolera, sino como una fervorosa, audaz y generosa oportunidad de vivir y vivir en abundancia.
Que hoy podamos ser esos evangelizadores con espíritu a ejemplo de Sta. Rosa de Lima. Invoquemos al Espíritu Santo junto con el Papa Francisco para que venga a renovar, a sacudir, a impulsar a la Iglesia en una audaz salida de si para evangelizar a todos los pueblos. (EG # 259-261)