Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad
Reflexiones sobre las lecturas de la Solemnidad de la anunciación del Señor (09 de abril 2018): Is 7, 10-14; 8, 10b; Sal 39; Heb 10, 4-10; Lc 1, 26-38
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
¡Alégrate! Esa es la invitación que el ángel Gabriel hace a Maria, en el evangelio de Lucas, al compartirle el plan que Dios tiene para ella.
Frente a semejante plan, Maria se turba y hace preguntas. Todo encuentro con Dios debe traer alegría, ya que Dios es el primero en salir al encuentro del ser humano, pero también crea turbación y preguntas, pues el Amor de Dios es infinitamente más grande que el ser humano y nunca podremos entenderlo a cabalidad. Maria con sus preguntas y desde su humanidad trata de entenderlo, frente a las respuestas del ángel ella responde: "Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra." Maria sabe reconocer a la voluntad de Dios en estos hechos y palabras del Ángel. Maria con su respuesta se convirtió en un puente viviente donde Dios se hizo hombre para la salvación de todos.
Que en esta pascua donde celebramos la resurrección gloriosa y triunfante de Jesus, podamos meditar en la anunciación como un momento de gracia para la humanidad. Que la figura y presencia de Maria “Estrella de la nueva evangelización” que se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad, interceda por nosotros, para que seamos fecundos al llevar la alegría del encuentro con la Palabra de Dios.
Nos unimos al Papa Francisco para pedirle a Maria nos acompañe hoy: “Virgen y Madre Maria, tu que, movida por el Espíritu, acogiste al Verbo de la vida…y que estuviste plantada ante la cruz con una fe inquebrantable… y recibiste el consuelo de la resurrección, recogiste a los discípulos en la espera del Espíritu para que naciera la Iglesia evangelizadora. Consíguenos ahora un nuevo ardor de resucitados para llevar el evangelio de la vida que vence la Muerte…” (EG #228)
