Amarás a tu prójimo
Reflexiones sobre las lecturas del séptimo domingo del tiempo ordinario (23 de febrero, 2020): Levítico 19,1-2.17-18; Salmo 102, 1 Corintios 3,16-23; Mateo 5,38-48
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
“Ojo por ojo, diente por diente” El evangelio de Mateo en este domingo séptimo del tiempo ordinario nos recuerda el mandamiento central del amor. Jesus se opone a la ley del Talión, la cual es uno de los primeros intentos jurídicos de establecer justicia. Esta ley del Talión estuvo vigente durante todo el antiguo testamento.
La invitación de Jesus en el evangelio de Mateo hoy es a dar un salto en nuestras relaciones personales y comunitarias para ser discípulos misioneros embajadores del amor. Jesus sabe que el mal pierde su dominio sí se contrarresta con el amor. El no nos llama a la renuncia de nuestros derechos fundamentales, sino que nos hace un urgente llamado a un esfuerzo cristiano a reactivar la fuerza vitalizadora del bien. Una fuerza que se alcanza solamente con nuestros esfuerzos de amar con el amor que Dios nos ha dado.
Esta invitación a amar, como hemos dicho, no quiere romantizar el amor y va más allá de una resignación pasiva que se aleja de los derechos individuales. La invitación busca que activamente nos dejemos amar primero por Dios, que salgamos al encuentro de su amor, en Jesus; así a través y junto a Jesus; y con la fuerza del Espíritu Santo salgamos a compartir con acciones y palabras esa buena nueva que transforma y renueva todo.
Amar a quien nos ama es natural. El verdadero amor viene de Dios, es más, ¡es el mismo Dios! es gratuito, no busca beneficiarse, ni ser correspondido, sino que solo transmite la bondad de este Dios que transforma y nos amó primero.
De esta manera, este amor (Dios) recibido nos pide que sigamos su ejemplo: En primer lugar, saliendo al encuentro de las personas, convirtiéndonos en discípulos misioneros; personal y comunitariamente siempre en salida, yendo a todas las periferias que necesitan vivir luz del evangelio del amor. en segundo lugar, amando al estilo de Jesus y enfrentando el desafío del encuentro que nos lleva descubrir y transmitir la mística de vivir juntos, de mezclarnos, de tomarnos de los brazos, de apoyarnos, de participar y crear lazos de fraternidad y solidaridad.
Que hoy reconozcamos esta invitación de Dios a seguir ese camino de amar. Que podamos hoy renovarnos en este amor y decir si a su fuerza sanadora y liberadora y que nos lancemos al encuentro de los otros, descubriendo en ellos el rostro de Cristo.
