Éste es el Cordero de Dios
Reflexiones sobre las lecturas del segundo domingo tiempo ordinario (19 de enero, 2020): Isaís 49,3.5-6; Salmo 39; 1 Corintios 1,1-3; Juan 1,29-34
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
¡Nuestro bautismo nos une a Jesus, El salvador, El Emmanuel, el Cristo! La fiesta del bautismo de Jesus, que acabamos de celebrar el domingo pasado, une la navidad con el tiempo ordinario, ya que jesus comenzó su vida pública después de su bautismo. Hoy comenzamos ese tiempo.
Es por eso por lo que hoy aparece Juan el Bautista, cuya misión era preparar la llegada del Mesías, el reconoce en Jesus, su primo a ese Mesías y utilizando un lenguaje simbólico muy significativo se lo indica a sus seguidores y a nosotros hoy: “este es el cordero de Dios, que quita el pecado del mundo.”
En la historia de salvación el cordero representa la acción salvadora de Dios. al hablar del pecado en singular, Juan quiere enfatizar el perdón o salvación universal. En el Bautismo, Jesus también muestra su realidad de Hijo de Dios y a su vez se muestra los vínculos indisolubles entre el, su Padre y el Espíritu Santo.
La manifestación de Jesus como Cordero e Hijo de Dios, se fue dando poco a poco y fue confirmada por los discípulos y sus seguidores fueron reflexionando en la vida, muerte y resurrección de Jesus. En la Eucaristía proclamamos a Jesus cinco veces como ‘Cordero que quita el pecado del mundo. En el gloria lo alabamos como el cordero de Dios. En el rito de la comunión lo invocamos tres veces pidiéndole su misericordia y su paz. Antes de comulgar, se nos presenta así, llamándonos dichosos a los que somos invitados a esa cena de acción de gracias.
Que la celebración de hoy nos ayude a reconocer a Jesus como nuestro Señor, el Emanuel, el Cristo: el cordero de Dios que quita el pecado del mundo. Que el renueve en nosotros y en nuestras comunidades el vigor y la creatividad con la novedad de su evangelio.
Que hoy al iniciar el tiempo ordinario retomemos la propuesta del Reino de Dios, la que nunca envejece y nos unamos al Papa Francisco para decir que Jesucristo puede romper los esquemas aburridos en los que a veces pretendemos encerrarlo y nos sorprende con su constante creatividad divina. Cada vez que intentamos volver a las fuentes y recuperar la frescura original del evangelio, el hace brotar nuevos caminos, nuevos métodos y otras formas de expresión. (EG 11) ¡Vamos hacia delante que el Cordero de Dios que quita los pecados del mundo está entre nosotros!
