Mantengamos la esperanza
Reflexiones sobre las lecturas del Segundo domingo de adviento - (4 de diciembre 2022): Isaías 11,1-10; Salmo 71; Romanos 15,4-9; Mateo 3,1-12
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En adviento, aprovechemos los espacios de reflexión que tenemos, alejémonos, cuando podamos, del bullicio de los centros comerciales y de las reuniones festivas.
¡Conviértase porque llega el Reino de Dios! con este fuerte llamado de atención de Juan el Bautista llegamos al segundo domingo de adviento. La liturgia de la palabra de hoy continúa presentándonos textos provenientes del libro del profeta Isaías, de la carta de San Pablo a los Romanos y del evangelio de Mateo.
“Aquel día, brotará un renuevo del tronco de Jesé,” nos dice Isaías en la primera lectura. Jesé fue el padre del rey David, de cuya descendencia vendría el Mesías. Pero ¿Cómo lo reconoceremos? ¿Cuáles sus distintivos? Ese retoño de Jesé estará lleno del Espíritu Santo, la justicia y la verdad serán sus distintivos. Nunca juzgara por apariencias, sino por la realidad interior. Defenderá al pobre, al oprimido y al desamparado. Sin dejarse llevar por la fuerza, el poder y la sinrazón. El fruto de su justicia será la paz y la armonía.
“Por tanto acéptense unos a otros, como Cristo los acepto para la gloria de Dios.” esta es la petición que San Pablo pide a la comunidad de discípulos de Roma: Mantener y practicar el don de la perseverancia y la armonía entre ellos y practicarlos también con los que no son de la comunidad, mientras le dan la bienvenida a la misma.
“Den frutos que prueben su conversión…El que viene detrás de mí es más fuerte que yo, y yo no soy digno de quitarle las sandalias. El los bautizara con el Espíritu Santo y fuego.” A Juan el bautista le preocupaba su pueblo, oprimido en varias maneras. Viviendo en circunstancias donde también la religión estaba en tela de juicio fruto de la misma época. Por esa razón los exhortaba con fuerza a cambiar de vida, insistiendo que hay que preparar el camino para el Señor, quien ya viene y así demostrar su voluntad de cambiar.
Juan el Bautista el ultimo y el mayor de los profetas del antiguo testamento, anuncia a Cristo como alguien superior y con más poder que él. Juan predice una nueva época, época donde todos serán movidos por el Espíritu Santo.
En adviento, aprovechemos los espacios de reflexión que tenemos, alejémonos, cuando podamos, del bullicio de los centros comerciales y de las reuniones festivas. Para encontrarnos con nosotros mismos y así revisar nuestras acciones e intenciones, revisemos también, nuestras relaciones con los demás; desde los más cercanos, hasta los más alejados. Renovemos la gracia del sacramento de la reconciliación. Preparándonos así para la llegada del Mesías. Reafirmando que el adviento es el tiempo de decirle si a una espera llena de esperanza.