“Gustad y ved qué bueno es el Señor, dichoso el que se acoge a él”
Reflexiones sobre las lecturas de la Solemnidad de San Pedro y San Pablo (1 de julio, 2018): Hch 12,1-11; Salmo 33;
2Tim 4,6-8.17-18; Mt 16,13-19
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En la primera lectura de los hechos de los apóstoles, Pedro es liberado por un ángel enviado por Dios, que lo invita a “darse prisa, a ponerse el cinturón y las sandalias, a echarse el manto y seguirle…”
En este pasaje bíblico, es claro que Pedro es cuidado por Dios para retomar su misión, ¿Cuantas veces tú has sido salvado por Dios? ¿Sabes por qué?
En la segunda carta a Timoteo, Pablo hace un recuento de su vida y su entrega a la misión, “he combatido bien mi combate” le escribe a Timoteo, Pablo al revisar su vida, no duda de su vocación, ni de su misión, al final de su vida le da gracias a Dios por fortalecerlo y guiarlo en la misma. ¿Has revisado tu vida a la luz de tu fe y tu vocación? ¿Has dado gracias a Dios por tu vida y por tu vocación?
Finalmente, el evangelio de Mateo en el capítulo 16, nos comparte el momento donde Jesús hace dos preguntas a sus discípulos: la primera buscando lo que ellos han oído por ahí: ¿Quién dice la gente que soy yo? y, la segunda pregunta, buscando su respuesta personal y comunitaria como discípulos: y vosotros, ¿Quién decís que soy yo? Esta última pregunta arranca de Pedro una proclamación de fe espontánea y profunda: “Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo."
Que al igual que Pedro y Pable podamos hoy, responder personal y comunitariamente como discípulos llamados y cuidados por Dios para hacer “el buen combate” y junto con el salmista podamos decir: “Gustad y ved que bueno es el Señor, dichosos el que se acoge a él.”