¡Sígueme! Él se levantó y le siguió
Reflexiones sobre las lecturas de San Mateo, Apóstol y Evangelista (21 de septiembre, 2020): Ef 4,1-7.11-13; Salmo 18; Mt 9,9-13
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Mateo es un ejemplo claro de que la buena nueva de Jesus ofrece su gracia a todos, especialmente a los que más la necesitan.
El apóstol y evangelista Mateo presenta la genealogía de Cristo como Hombre: “Genealogía de Jesús, Mesías, Hijo de David, Hijo de Abrahán: …el nacimiento de Jesús fue así...” Por eso siempre encontramos en este evangelio un Cristo, que se muestra naturalmente humano con sentimientos de humildad, lleno de ternura, etc. Mateo reconoce un solo y único Dios, el mismo Dios que prometió a Abraham multiplicar su descendencia y que nos ha llamado gracias a Jesucristo.
Celebramos hoy a San Mateo. En él también celebramos a los otros apóstoles evangelistas: Lucas, Marcos y Juan. Quienes nos han aportado el regalo el perfil escrito de Jesus y su ministerio en medio de la comunidad. Esta celebración nos da la oportunidad de comprometernos a continuar la tarea de conocer más de esta palabra escrita para orar y practicar más y más y así, convertirla en vida en nuestra vida.
Con la elección de Mateo en el grupo de los apóstoles, Jesus escoge, un hombre que, según la costumbre de Israel, era considerado como un pecador público, ya que Mateo no solo manejaba dinero considerado impuro, por su profesión de recaudador; sino, que además colaboraba con las autoridades extranjeras, quienes estaban invadiendo la tierra de Israel y cuyos tributos los establecían arbitrariamente.
Ante estas realidades, Jesus deja claro algo: Nadie queda excluido del llamado a ser discípulo. Precisamente cuando Jesus se encontraba sentado a la mesa con Mateo, pronuncia las siguientes palabras, como respuesta a la criticas de estar en compañía de personas poco recomendables: “No necesitan médico los sanos sino los enfermos; no he venido a llamar a justos, sino a pecadores”
Precisamente Mateo es un ejemplo claro de que la buena nueva de Jesus ofrece su gracia a todos, especialmente a los que más la necesitan. Mateo representa pues, la utopía de la buena nueva de Jesus: Quien aparentemente esta mas lejos de la santidad, puede convertirse incluso en un modelo de vida por medio de cual, la misericordia de Dios hace maravillas.
Si pretendemos conocer y amar a Jesus y ser sus discípulos, La palabra de Dios, debe estar siempre presente en nuestra vida y debe ser base de nuestra acción pastoral, ya que el corazón del mensaje de salvación se encuentra ahí y es la buena noticia: ¡El amor salvífico de Dios, se ha manifestado en Jesus, quien vivió, murió y resucito por nosotros!
