Uno solo es mi deseo: Que sean felices en el tiempo y en la eternidad
Reflexiones sobre las lecturas de la memoria de San Juan Bosco (31 de enero, 2020): 2Sm 11,1-4a.5-10a.13-17; Salmo 50, Mc 4,26-34
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Hoy celebramos la memoria de San Juan Bosco. Su nombre completo era Juan Melchor Bosco Ochienna (1815-1888), Nacido en Turín, Italia fue presbítero y fundador de la Sociedad de San Francisco de Sales (los salesianos). Y del instituto de las hijas de Maria auxiliadora (las salesianas.)
San Juan Bosco ingreso al semanario 1835 y fue ordenado sacerdote 1841. Desde muy temprano en su vida San Juan Bosco tenía mucha preocupación por los niños pobres de los barrios obreros de Turín. Quienes en esos momentos vivían los efectos de la revolución industrial, particularmente la dificultad de tener acceso a la educación escolar.
Siempre que miramos la vida de un santo, vemos la gloria de Dios, manifestada en las palabras y obras de este. Hoy que nos fijamos en San Juan Bosco, es una invitación para todos a conocer más de sobre vida: sobre su modo de ser, su modo de comportarse y sobre la obra que llevo adelante; para después ir más allá, preguntarnos y reflexionar:
¿De dónde brota todo eso?
¿Cuál era la intimidad que el sostenía con Dios?
¿Cómo su discipulado lo llevo a ser un instrumento ágil y efectivo de la obra de Dios para los niños, jóvenes y sus familias?
Sabemos que la historia, comprendida como historia salvación, es nada más y nada menos que colocarse los lentes de la fe en el recorrido de del tiempo para darnos cuenta de la participación de Dios en el mismo. En cada momento de la historia, Dios suscita personas que serán sus manos, sus pies y su voz.
San Juan Bosco y la obra salesiana son un Si de Dios en el tiempo, un Si en la historia de salvación a la opción preferencia por la niñez, la juventud y sus familias. El corazón de Dios por los niños y los jóvenes palpita fuertemente a través de esta obra y todos esfuerzos pastorales de la iglesia en caminados a favorecer a los niños, los jóvenes y sus familias.
Oremos hoy en esta eucaristía al Padre, que nos ha alimentado con este sacramento de salvación; para que como Iglesia podamos imitar la actividad incansable de san Juan Bosco para conducir a los jóvenes al amor de Cristo, fuente inagotable de vida nueva. Él, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.