Alégrense, justos, con el Señor
Reflexiones sobre las lecturas de la fiesta de San Juan (27 de diciembre, 2019): 1Jn 1,1-4; Salmo 96; Jn 20,2-8
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Llegamos al segundo día de la octava de navidad (prolongación de la solemnidad de la navidad por ocho días) para celebrar la fiesta de san Juan apóstol y evangelista. San Juan nos cuenta sobre Jesus como ningún otro evangelista lo hace. Es por eso por lo que, junto a la celebración de esta fiesta, también queremos motivar a la lectura de los escritos de san Juan, en especial su evangelio.
El evangelio de san Juan como ya lo mencionamos es distinto a los otros 3 evangelios, los cuales son llamados evangelios sinópticos, por su similitud en cuanto a los hechos que cuentan sobre la vida de Jesus y al orden de la narración de estos. San Juan desde el prólogo de su evangelio presenta a Jesus como la Palabra de Dios, retomando la terminología del antiguo testamento a la que le da un nuevo sentido.
Este cuarto evangelio, es también llamado el “evangelio espiritual” contiene una profunda reflexión sobre el misterio de Jesus, desde la encarnación del hijo de Dios hasta la resurrección. San Juan traspasa la dimensión exterior de los acontecimientos para contemplarlos a la luz de la gloria de Cristo y con el don del Espíritu Santo.
San Juan a través de sus escritos nos presenta una profunda reflexión sobre el misterio de Jesus y nos deja permite conocer y reflexionar sobre la progresiva revelación de Jesus como Señor, Profeta, Mesías y Salvador del mundo. La lectura de este evangelio según san Juan nos ayuda a crecer en el conocimiento de Dios, a intensificar nuestra amistad con Jesus y a fortalecer nuestra respuesta al discipulado de él. Demos gracias entonces en esta celebración por san Juan apóstol y evangelista, oremos con él para que, la experiencia de Jesus en nuestras vidas de frutos abundantes:
“Tú que revelaste a Juan tus altísimos decretos
y los íntimos secretos de hechos que sucederán,
haz que yo logre entender cuanto Juan ha contado
Déjame, Señor, poner mi cabeza en tu costado.
Y tu Juan, que tanto amor con amor correspondiste
Y la vida entera diste por tu Dios y Señor,
Enséname a caminar por donde tú has caminado.
Enséname a colocar la cabeza en su costado. Amen” (Himno de Laudes correspondiente)
