El más pequeño, es el más importante
Reflexiones sobre las lecturas de San Jerónimo, sacerdote y doctor de la Iglesia (30 de septiembre, 2019): Zac 8,1-4; Salmo 101; Lc 9,46-50
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En el evangelio de la liturgia de la palabra de hoy encontramos una conversación entre Jesus y sus discípulos, dicha conversación se da en el contexto de una nueva etapa: Jesus comienza el itinerario de viaje a Jerusalén. aquí, el manifiesta que el plan que lleva a cabo esta dirigido a la salvación de todos; y por esa razón invita a estar abiertos a la inclusión, a la diversidad y por lo tanto a ir a las periferias. Donde se encuentran los que más lo necesitan.
En contraste a esta propuesta de Jesus estaba la propuesta de sus discípulos, quienes vivían y pensaban desde un modelo más tradicional de estructuras de liderazgo: primeros y últimos, jefes y subordinados, miembros y no miembros. Una estructura donde se busca y se lucha por los primeros puestos.
En esta realidad, Jesus en dos momentos nos enseña sobre el Reino: Primero toma un niño y lo pone a su lado, y afirma: “El más pequeño de vosotros es el más importante." para mostrar a sus discípulos de ayer y de hoy; quien es primero en el Reino del Padre, y que por esa razón debe convertirse para los discípulos en la opción preferente de la acción pastoral
Segundo; Jesus nos enseña que, como fruto de nuestra relación como discípulos, nuestras comunidades tienen un llamado especial a ser comunidades de acogida. Comunidades de apertura, donde todos sean y se sientan bienvenidos como reflejo de ese Reino que ofrece la salvación a todos. Con estas acciones y palabras Jesus, no solo afirma la vocación misionera de cada uno y de la comunidad, sino que también, acepta otros intentos misioneros que viene de fuera de la misma aclarándonos que “el que no está contra nosotros, está a favor nuestro."
El papa Francisco reafirma esta inclusividad de la buena nueva del Reino, al decirnos: “Los cristianos tienen el deber de anunciarlo sin excluir a nadie, no como quien impone una obligación, sino como quien comparte una alegría, señala un horizonte bello, ofrece un banquete deseable. La Iglesia, dice el Papa, no crece por proselitismo sino por atracción. La actividad misionera representa hoy en día el mayor desafío para la Iglesia…hace falta pasar de una pastoral de mera conservación a una pastoral decididamente misionera” (EG #14)
Pidamos hoy la presencia de San Jerónimo, que él nos acompañe en los esfuerzos misioneros, que podamos imitar su amor por la Palabra de Dios. Que esta palabra se convierta en la lampara que guie nuestros pasos hacia las periferias de nuestra existencia. Que, a través de ella, confirmemos nuestro discipulado y nuestra misión.