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Reflexiones sobre las lecturas de San Francisco de Asís - (4 de octubre 2021): Jon 1,1–2,1-11; Interleccional Jon 2; Lc 10:25-37
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Es necesario que nuestra acción pastoral como discípulos misioneros sea una realidad de amor y bienvenida a todos...
Hoy que celebramos a San Francisco de Asís, queremos recodar y hablar de San Francisco el discípulo misionero, quien en su momento cuestiono, ayudo y transformo la Iglesia por su manera de evangelizar, el que tomo al Jesus de los evangelios como su guía, quien siempre fue a la gente para compartir el mensaje de Dios que trasformaba a través del poder del Amor. Este mensaje era de misericordia, reconciliación y liberación. Así fue como San francisco reformo y reforzo a la Iglesia de su tiempo. Reflexionemos hoy en tres reflexiones que San Francisco nos da hoy:
La primera cosa que San Francisco no dice hoy es que ser cristianos, ser discípulos de Jesus, es establecer una relación viva con él, es revestirse de él. Es reconocer a este Jesus quien vivió, sufrió, murió y resucito por cada uno. Pidamos a San Francisco que nos ayude a establecer una mejor relación con Jesus, que nos dejemos mirar, perdonar y transformar por él.
La segunda cosa que San Francisco nos dice hoy es que, quien es discípulo de Cristo, recibe la verdadera paz, esa paz que el mundo no puede dar. La Paz franciscana, no viene de una especie de armonía del cosmos, como a veces se mal interpreta. La paz de San Francisco es la de Cristo. Esa es la paz que encuentra el que sigue a Jesus y su mensaje; el que se convierte en un puente de esa verdad para que otros lleguen a experimentarla también. Pidamos a San Francisco que nos ayude a ser “instrumento de la paz” de esa paz que tiene su fuente en Dios. La paz que nos ha traído Jesus.
Finalmente, la tercera cosa que San Francisco nos dice hoy es sobre el amor por toda la creación. es sobre el respeto a su propia armonía. San Francisco nos da testimonio de estos dos elementos fundamentales como resultados de su relación con Dios, el creador de todo. Desde ahí hace un llamado a la humanidad, que como co-credora con Dios, tiene el regalo y la responsabilidad de ser protectores de todo. Respetemos la creación, no seamos instrumentos de destrucción, respetemos a todos los seres humanos, que el amor supere al odio, el perdón a la ofensa y la unión a la discordia. Pidamos a San francisco que nos ayude a convertir nuestro mundo en un mundo de armonía, paz y respeto entre los seres humanos y por toda la creación.