“Señor Jesus, no les tomes en cuenta este pecado.”
Reflexiones sobre las lecturas de San Esteban. Mártir. Fiesta) - (26 de diciembre 2020): Hch 6,8-10; 7,54-60; Salmo 30; Mt 10,17-22
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
La fiesta del martirio de san Esteban, al contrario de lo que podría pensarse, está en total sintonía con el sentido profundo de la navidad. En el martirio, él nos revela que la violencia es vencida por el amor y la muerte por la vida.
La primera lectura del libro de los hechos de los apóstoles nos presenta a san Esteban como un “hombre lleno de fe y de Espíritu Santo” él fue elegido junto a otros seis para la atención a las viudas y los pobres en la primera comunidad cristiana de Jerusalén. Este texto, nos relata su martirio después de uno de sus discursos, dicho mensaje desato la ira de los miembros del sanedrín, San Esteban fue arrastrado fuera de las murallas de la ciudad y lapidado; al igual que Jesus en la cruz, Esteban en su lecho de muerte, pidió el perdón por sus asesinos.
La fiesta del martirio de san Esteban, al contrario de lo que podría pensarse, está en total sintonía con el sentido profundo de la navidad. En el martirio, él nos revela que la violencia es vencida por el amor y la muerte por la vida. La Iglesia ve en los mártires, el nacimiento al cielo que brota con un sentido único del nacimiento de Cristo. Jesus transforma la muerte de sus más dignísimos discípulos, en luz de vida nueva y eterna.
Unámonos entonces a las palabras expresada por el papa San Juan Pablo II al referirse a los mártires en su carta Tertio Millennio Adveniente: “Por esto la Iglesia en todas partes deberá quedar anclada en su testimonio y defender celosamente su memoria. Pueda el Pueblo de Dios, corroborado en la fe por los ejemplos de estos auténticos campeones de cada edad, lengua y nacionalidad, traspasar con confianza el umbral del tercer milenio. Que la admiración por su martirio se conjugue, en el corazón de los fieles, con el deseo de poder, con la gracia de Dios, seguir su ejemplo en caso de que las circunstancias lo exigieran”
Que San Esteban junto al gran ejército de mártires en la historia de la Iglesia, en este tiempo tan difícil, sea fuente de renovación de nuestra fe y de nuestro discipulado misionero para que podamos seguir su ejemplo y así ser protagonista, constructores de una nueva sociedad que sea signo de la llegada del Reino a esta tierra.