Predicando Mision

Quinto domingo de pascua - 2 de mayo, 2021

Written by Equipo MISSIO | Apr 27, 2021 7:07:28 PM

Ustedes están ya limpios por mi palabra, que les he hablado. Aleluya.

Reflexiones sobre las lecturas del Quinto domingo de pascua - (2 de mayo 2021): Hechos 9,26-31; Salmo 21; 1 Juan 3,18-24; Juan 15,1-8

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

Que este domingo quinto de pascua Jesus resucitado nos ayuda a seguir junto a él y que nosotros como discípulos con certeza y disponibilidad hagamos nuestro propio proceso de conversión y madurez.   

En el antiguo testamento, la viña simbolizaba al pueblo de Dios, del que se esperaba buenos frutos, que no dio al apartarse de Dios. Por eso Dios Padre, en su infinito amor, envío a su hijo para que cuidara la viña. Cristo instauro un nuevo pueblo de Dios, donde él es la vid y nosotros sus sarmientos o ramas. Si permanecemos en él y el en nosotros daremos fruto bueno y abundante. En este quinto domingo de Pascua, las lecturas nos invitan a leer o escuchar este mensaje central, para reflexionar en nuestra vocación y misión como pueblo de Dios y como personas que son parte de este. 

La vid o la viña a partir de Jesus, recupera el sentido de la vida, es la vid verdadera. Así también Jesus define nuestra vocación. La comunidad no es un grupo cerrado, sino un grupo en expansión. Cada miembro de esta comunidad tiene que efectuar su propio proceso de conversión y crecimiento y, a la vez; tiene una misión que cumplir.  

El fruto de este proceso se da en dos niveles de encuentro: El encuentro con el resucitado y el encuentro con los demás. Surgiendo de este proceso el hombre y la mujer nueva que a la vez va impregnando de novedad a la comunidad y, en extensión hacia afuera a los nuevos que escuchan y viven el mensaje transmitido. Este dinamismo y creatividad es obra del Espíritu Santo.    

Bajo la figura de “la vid” entendemos que proceso es consecuencia de lo que se ha dado. El que recibe este Amor de Dios a través de Jesus y lo practica con los demás tiene que seguir un proceso ascendente, un desarrollo que es posible por “la poda que el Padre hace en la vida. Con este proceso que el discípulo es cada vez más auténtico y libre. A la vez también aumenta su capacidad de entrega y su eficacia. Estos son frutos de nueva humanidad.    

El discípulo como el sarmiento no tiene vida propia, como ya dijimos, y, por tanto, no puede dar fruto de por sí; necesita la savia, es decir, el Espíritu comunicado por Jesús. Interrumpir la relación con él significa cortarse de la fuente de la vida y reducir su capacidad de dar frutos. 

Que este domingo quinto de pascua Jesus resucitado nos ayuda a seguir junto a él y que nosotros como discípulos con certeza y disponibilidad hagamos nuestro propio proceso de conversión y madurez. 

Oh, Dios, OmnipotentePresencia eterna, Amor inmenso, Luz infinita. Ayúdanos a comprender que la verdad está más allá de nuestros propios pensamientos, que la vida eres tú mismo, y que los caminos que conducen a ti son infinitos. Te lo pedimos inspirados por Jesús, hijo tuyo y Señor nuestro. Amén.