Devuélveme la alegría de tu salvación, afiánzame con espíritu generoso.
Reflexiones sobre las lecturas del Quinto domingo de cuaresma - (21 de marzo 2021): Jeremías 31,31-34; Salmo 50; Hebreos 5,7-9; Juan 12,20-33
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Que, en esta quinta y última semana de cuaresma, podamos retomar junto con la carta a los hebreos y al Papa Francisco, las actitudes de Jesus para cumplir la voluntad del Padre, y que estas actitudes que a la vez hacen presente a Dios entre nosotros...
"Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva.” El libro del profeta Jeremías, conocido como el libro de la consolación de Israel, nos presenta este domingo, una propuesta nueva, un tipo alianza que ya no está escrita en tablas sino, en el corazón del ser humano, una alianza que se cumple ya no por legalismo, sino con sinceridad y en libertad. Una relación sin exclusividad, donde todos reconocerán la presencia de Dios sin discriminaciones de raza. Dios se revela en la historia de cada pueblo, en lo propio de su contexto histórico, en su cultura, su idioma y su raza.
“Os aseguro que, si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda infecundo; pero si muere, da mucho fruto.” En el evangelio de Juan nos damos cuenta de que un grupo de griegos “Quiere ver a Jesus” Para esto buscan a los discípulos, quienes por su cercanía con Jesus se convierten en mediadores y compañeros de los que lo busca. Este momento es aprovechado por Jesus para proclamar que el tiempo de las señales y los signos está llegando a su fin, pues se acerca “la hora” para esto Jesus cuenta una parábola, la del grano de trigo, afirmando que solo el grano de trigo que muere puede dar fruto. ¿Qué significa este mensaje hoy para nosotros?
Que, en esta quinta y última semana de cuaresma, podamos retomar junto con la carta a los hebreos y al Papa Francisco, las actitudes de Jesus para cumplir la voluntad del Padre, y que estas actitudes que a la vez hacen presente a Dios entre nosotros, nos permitan verlo como el camino, la verdad y la vida. Alentados así en una etapa evangelizadora más fervorosa, alegre, generosa, audaz, llena de amor hasta el fin y de vida contagiosa (EG #261) en nuestras comunidades de fe y en la sociedad. ¡No nos dejemos robar el entusiasmo misionero! Llevemos a Jesus en nuestra acción misionera para que junto a él y llenos de esperanza, podamos dar vida y darla en abundancia.
“Te pedimos, Señor, que enciendas nuestros corazones en aquel mismo amor con que tu hijo ama al mundo y lo impulso a entregarse a la muerte por salvarlo. Por nuestro Señor Jesucristo, tu Hijo.” (De la liturgia de las horas)