Estrella de la evangelización, ¡guíanos!
Reflexiones sobre las lecturas de la Nuestra Señora del Rosario (7 de octubre, 2019): Jon 1,1-2,1-11; Interleccional Jon 2; Lc 10,25-37
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Llegamos hoy a la celebración de la virgen Maria, bajo la advocación de la virgen del Rosario, patrona de Guatemala. La tradición y algunos documentos cuentan que en 1208 Santo Domingo de Guzman, contemporáneo y amigo de San Francisco de Asís, fue testigo de una aparición de la virgen con un rosario en la mano en la capilla del monasterio de Prouilhe (Francia), que le enseñó a rezarlo y le pidió que lo predicara por todo el mundo. La virgen le aseguro que por medio del rezo del rosario muchos pecadores se convertirían a Jesus.
En el siglo XVI, San Pío V instauró la fecha de Nuestra Señora del Rosario, el 7 de octubre, aniversario de la victoria en la Batalla de Lepanto, donde las fuerzas cristianas derrotaron a los turcos que invadían Europa, luego de que el pueblo detrás de las murallas rezara el rosario.
El Papa León XIII, cuya devoción por el rosario hizo que fuera apodado el Papa del Rosario, escribió unas encíclicas referentes al rosario, consagró el mes de octubre a la oración de este e incluyó el título de Reina de Santísimo Rosario en las letanías de la Virgen.
Fray Lope de Montoya, predicador dominico en Guatemala, mandó esculpir en madera y plata la imagen de la Virgen del Rosario, terminada en diciembre de 1592. No se conoce el nombre del escultor guatemalteco que esculpió tan maravillosa imagen. Pero se dijo que era el mejor que existía en su tiempo.
Con esta celebración de la virgen del Rosario, debemos promover y motivar el rezo del rosario en nuestras casas y comunidades. También debemos darnos cuenta de que los misterios del rosario van unidos a la historia de salvación. En ellos podemos encontrar un resumen del evangelio donde encontramos el papel de intercesión de la virgen Maria.
Rezar el Rosario es signo de amor a Maria, de aprecio a su persona y su rol de llevarnos a Jesus. Con ella siempre estaremos en camino a la casa de Padre. Maria con su sí nos enseña a decir si a nuestro propio discipulado misionero.
Que este día que celebramos la virgen del Rosario, Maria la madre que acompaña a su hijo Jesus hasta el pie de la cruz y se acompaña a sus discípulos en oración, hasta la llegada del Espíritu Santo. Se quede con nosotros de manera especial mediante el rezo del Santo Rosario. Que ella nos ayude a ser una Iglesia en Salida lista a llevar a otros el mensaje que da Esperanza.
