El tiempo en que la madre dé a luz
Reflexiones sobre las lecturas de la Natividad de la Virgen Maria (8 de septiembre, 2020): Miq 5,1-4a; Salmo 12; Mt 1,1-16.18-23
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Con el nacimiento de la Virgen Maria se abre la historia de la mujer predestinada a ser madre del mesías, del esperado. Con el nacimiento de Maria comienza el culmen de la revelación de Dios en la persona Cristo.
"Mirad: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo y le pondrá por nombre Emmanuel, que significa "Dios con nosotros"." Hoy celebramos el nacimiento de la virgen Maria. Fecha conocida también como la fiesta de nuestra señora de la natividad. De hecho, esta festividad comenzó en el siglo V en la basílica de Santa Ana, erigida en Jerusalén sobre el lugar donde posiblemente nació la Virgen Maria.
Los evangelios no nos cuentan detalles de la vida de la santísima virgen Maria, las referencias más antiguas las podemos encontrar en los evangelios apócrifos. El protoevangelio de Santiago, escrito en siglo II, por ejemplo, nos deja saber que los nombres de sus padres fueron Ana y Joaquín; quienes después de un largo tiempo de espera por un hijo oran a Dios y un ángel le anuncia a Ana que concebirá y dará a luz, enseguida el ángel también comunica la noticia a Joaquín. Es así como el nacimiento de Maria se presenta como milagroso. El nacimiento de la virgen Maria es uno de los 3 nacimientos que la liturgia celebra junto al de Cristo y el de Juan bautista.
Con el nacimiento de la Virgen Maria se abre la historia de la mujer predestinada a ser madre del mesías, del esperado. Con el nacimiento de Maria comienza el culmen de la revelación de Dios en la persona Cristo. La sangre que Cristo derramará en la cruz será genéticamente la misma que Maria, quien lo tuvo en su vientre por nueve meses y dio vida al verbo. Es por eso por lo que algunos llaman al nacimiento de la virgen Maria “un prólogo” de la encarnación.
Maria es la llena de gracia, la mujer elegida, pero también la mujer que será consultada si quiere tomar su rol en la historia. La virgen Maria será llamada la bienaventurada, porque el poderoso va hacer cosas grandes por ella, porque también dijo “si” al llamado de Dios, dijo “si” a la misión. Convirtiéndose así en la discípula misionera por excelencia.
Que en esta celebración la santísima virgen Maria renueve en nosotros la fe, la esperanza y el amor para que también en el uso de nuestra libertad podamos decir si a nuestra vocación y nos lanzarnos a la misión con creatividad y alegría. Renovando así nuestro discipulado misionero en una Iglesia siempre en salida.