Reconcíliate con Dios
Reflexiones sobre las lecturas del miércoles de ceniza (6 de marzo, 2019): Jl 2,12-18; Salmo 50; 2Cor 5,20–6,2; Mt 6,1-6.16-18
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
“Misericordia Señor, hemos pecado.” Hoy iniciamos la cuaresma de este año litúrgico C. Hoy se inaugura un tiempo especial en la Iglesia: La oportunidad de experimentar de manera intencional e intensa la misericordia de Dios en cada una de nuestras vidas.
Los cuarenta días que hoy comienzan, son una invitación a prepararnos para experimentar la acción de amorosa del padre que sigue dándonos posibilidades de volver a tener vida y en abundancia a través de Jesus, el Señor que murió y resucito por nosotros en el Poder del Espíritu Santo.
La cuaresma es un tiempo para sentir que Dios apuesta y cree en nosotros. El buen Padre Dios nos invita, desde hoy, a revisar el camino recorrido para volver a reiniciarlo o renovarlo. Nunca es tarde para intentar de nuevo y volver a Dios. Estos pasos no son una tarea fácil, pero Jesús nos va mostrando el camino.
El rito de la imposición de las cenizas y las frases con que se celebra este: “Recuerda que polvo eres y en polvo te convertirás” y “Conviértete y cree en el Evangelio” junto a las lecturas que se nos presentan, tienen un significado importante al adentrarse en el tiempo de cuaresma. Tiempo que nos llama a acciones muy particularmente claras: Ayuno, oración y la ofrenda. El profeta Joel hoy llama al ayuno y a la penitencia, el salmo nos hace reflexionar sobre el pecado y también la misericordia de Dios. San Pablo en la I Carta a los Corintios nos exhorta a la reconciliación con Dios y en el evangelio, Jesús nos recomienda como cumplir con Dios no solo por apariencias, sino desde el corazón y nos da recomendaciones practicas de la vida espiritual en medio de la comunidad.
Aprovechemos este tiempo que se abre con el miércoles de ceniza para acercarnos a Dios con sincero corazón, con la certeza que Dios en su infinita misericordia nos ama y siempre nos perdona, solo debemos a estar prestos a su llamado.
¿Estamos dispuestos a recorrer este itinerario de fe con la disponibilidad de corazón y con una actitud de vida que fortalezca nuestro discipulado durante esta preparación?