Predicando Mision

La transfiguración del Señor - 6 de agosto, 2020

Written by Equipo MISSIO | Aug 4, 2020 7:13:22 PM

Maestro, ¡qué bien se está aquí!  

Reflexiones sobre las lecturas de La transfiguración del Señor (6 de agosto, 2020): Dn 7,9-10.13-14; Salmo 96; 2Pe 1,16-19; Mateo 17,1-9 

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

En el evangelio de hoy, Mateo, nos relata la transfiguración del Señor, nos muestra a los testigos oculares de la majestad de Jesucristo, a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, quienes vieron por un momento la majestad de Jesús...

El seis de agosto fue instituido por el papa Calixto III como la festividad de la Transfiguración del Señor, en acción de gracias por la victoria de los ejércitos cristianos contra el ejército otomano de Mehmed II. En la actualidad hay muchas ciudades en Latinoamérica con el nombre de Salvador o San Salvador. Por ejemplo, en la ciudad de San Salvador capital de la Republica de El Salvador, ubicado en la región centroamericana, tiene su principal fiesta en honor al Divino Salvador del Mundo siendo el día de la Transfiguración del Señor el centro de toda la celebración. 

 

La primera lectura, de la liturgia de la palabra de hoy del libro del profeta Daniel, nos habla de una visión del profeta, donde nos describe la grandeza con la que visualiza a Dios en su divinidad y a un hijo de hombre, que desciende entre las nubes, para ser coronado de gloria, para gobernar con poder, su reino no será destruido nunca. Reafirmando esta profecía, el salmista nos llama a proclamar con alegría Que: “El Señor reina, altísimo sobre la tierra.” 

 

La segunda carta de San Pedro, como segunda lectura de hoy; nos modela, cómo el apóstol Pedro se dirigía a los primeros cristianos, recordándoles que los apóstoles proclaman lo que han visto y oído, no es invento, cuento o leyenda, ellos fueron testigos de todo lo que Jesús les manifestó, y por eso mismo, están motivados y comprometidos a llevar la buena nueva todas las ciudades.  

 

En el evangelio de hoy, Mateo, nos relata la transfiguración del Señor, nos muestra a los testigos oculares de la majestad de Jesucristo, a los apóstoles Pedro, Santiago y Juan, quienes vieron por un momento la majestad de Jesús, en compañía los profetas Moisés y Elías, asimismo escucharon la voz de Dios diciendo, “este es mi hijo amado en quien tengo complacencia”.  

 

Imaginemos el sentimiento de comunión y de paz que vivieron los apóstoles, San  Pedro, tentado por  este sentimiento de paz y tranquilidad, le dice a Jesús “sería bueno quedarnos aquí”, sin embargo, ahora sabemos que la misión que se nos ha encomendado, es ser levadura en el mundo, salar la tierra, ser luz en el mundo, denunciar el pecado, velar porque haya justicia, proclamando  el evangelio a toda creatura, para que así el propósito de Dios se cumpla. Para que a ejemplo de Jesus, por medio de nuestra vida, fe y acción podamos decir a otros: “Levántense y no teman”.