Predicando Mision

La presentación del Señor - 2 de febrero, 2019

Written by Equipo MISSIO | Jan 29, 2019 3:14:14 PM

 

Ya llega el mensajero del Señor  

Reflexiones sobre las lecturas de la presentación del Señor (2 de febrero, 2019): Mal 3,1-4; Salmo 23; Heb 2,14-18; Lc 2,22-40  

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

La fiesta de la presentación del Señor marca el comienzo del segundo mes del año calendario: Febrero.  Las lecturas de este día nos van a guiar en una reflexión sobre la misión de Jesus y por supuesto la misión de todos nosotros al recibirla de su parte, como sus discípulos. "Mirad, yo envío a mi mensajero, para que prepare el camino ante mí.”  

La presentación de Jesus niño en el templo de Jerusalén, para cumplir con el rito de purificacion de la madre y el ofrecimiento del hijo primogénito está llena de muchos detalles simbólicos; primero el templo, signo de la presencia de Dios y el pueblo. Un espacio preferente para el encuentro entre Dios y su pueblo.  

La ofrenda de Jesus y su familia fueron tórtolas y pichones, lo cual nos deja saber que era una familia de escasos recursos. La presencia de Simeón y Ana, ancianos del pueblo, que con su fe y sabiduría logran ver en ese niño, lo humano y lo divino. Logran ver al ungido, al enviado de Dios para liberar al pueblo oprimido.  

Jesus es presentado como luz que alumbra a las naciones, el mesías liberador. El que trae la buena nueva de salvación. Nosotros como sus discípulos nos alegramos en este día lleno de luz y encuentro entre Dios y su pueblo. El papa Francisco nos recuerda en su exhortación apostólica La alegría del Evangelio que el que se encuentra con Jesus, llena su corazón y vida entera de la alegría de ese evangelio. Evangelio del cual Jesus es mensajero y mensaje. Con Jesucristo, nos dice el papa Francisco, siempre nace y renace la alegría (AE#1)  

Retomemos esta alegría hoy y en esta fiesta renovemos nuestro encuentro personal con Jesus en cualquier lugar y situación que en la que nos encontremos. Que nadie se sienta excluido del plan de amor de Dios a través de Jesus. Que el Espíritu quien nos renueva, fortalece y camina siempre con nosotros venga en nuestro apoyo y juntos con el salmista proclamemos con nuestra voz y acciones: “El Señor, Dios de los ejércitos. Él es el Rey de la gloria.