Vamos alegres a la casa del Señor
Reflexiones sobre las lecturas de Jesucristo Rey del Universo - (20 de noviembre 2022): 2 Samuel 5,1-3; Salmo 121; Colosenses 1,12-20; Lucas 23,35-43
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Hoy en la celebración de Cristo como Rey del universo, es el momento para que nos preguntemos: ¿Tengo el corazón abierto o cerrado al amor salvador de Jesus?
¿Qué piensas sobre esta manera de presentar a Jesus como Rey del universo?
¿Has visto alguna vez una imagen de Cristo como Rey?
¿Qué es para ti el Reino de Dios?
Hoy domingo XXXIV del tiempo ordinario tenemos la oportunidad de reflexionar sobre Jesus y el Reino del Padre. Ya a lo largo del año litúrgico que termina (año C) hemos compartido la vida, las palabras y los hechos de Jesus. También hemos ido descubriendo o reafirmando lo que quizás ya conocíamos, sobre su persona y naturaleza mesiánica. Así también sobre el Reino del Padre que él nos propone.
¿Qué actitud tienes frente a la propuesta de Jesus y el Reino del Padre? ¿La aceptas o la rechazas? O simplemente, ¿la ignoras?
Por el bautismo fuimos incorporados al reino de Dios, pero Jesus nos da la oportunidad, como discípulos misioneros, de usar el libre albedrío, o sea, nuestra libertad para elegir. El evangelio de Lucas nos presenta también dos actitudes, la de los dos malhechores al lado de Jesus en la cruz: Uno con el corazón abierto y esperanzado en la salvación de Jesus. Y el otro, cerrado a la gracia, esperando solo en el poder de la fuerza de un rey como los demás.
Hoy en la celebración de Cristo como Rey del universo, es el momento para que nos preguntemos: ¿Tengo el corazón abierto o cerrado al amor salvador de Jesus? ¿Acepto el reinado de Jesus en mi vida? ¿permito que los valores de su reino dirijan mi vida, mi corazón y mis acciones?
Hoy puede ser “nuestro hoy,” Recibamos a Jesus como rey del universo, como rey de nuestro universo, como rey de nuestra vida, familia y comunidad, pues el “es imagen de Dios invisible, primogénito de toda criatura; porque por medio de él fueron creadas todas las cosas: celestes y terrestres, visibles e invisibles, Tronos, Dominaciones, Principados, Potestades; todo fue creado por él y para él.
Él es anterior a todo, y todo se mantiene en él. Él es también la cabeza del cuerpo: de la Iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, y así es el primero en todo. Porque en él quiso Dios que residiera toda la plenitud. Y por él quiso reconciliar consigo todos los seres: los del cielo y los de la tierra, haciendo la paz por la sangre de su cruz.