Tu hermano estaba muerto y ha resucitado, estaba perdido y lo hemos encontrado
Reflexiones sobre las lecturas del IV Domingo de cuaresma (31 de marzo, 2019): Josué 5, 9a.10-12; Salmo 33; 2 Corintios 5,17-21; Lucas 15,1-3.11-32
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
El libro de Josué, este domingo, nos trae un tema que es fundamental para la liturgia: La pascua judía. El pueblo de Israel celebra al entrar a la tierra prometida “que Hoy Dios los ha despojado del oprobio de Egipto." Esta celebración marca el termino de una etapa y el comienzo de una nueva para Israel. Es importante hacer notar que Israel hace memoria de los acontecimientos salvadores de Dios en la historia y al hacerlo, reafirma y celebra el hecho de ser el pueblo escogido y protegido por él.
Pablo en su segunda carta a los Corintios, nos habla de la persona de Jesus, el Cristo insertándolo como centro de la historia de salvación y reafirmándonos que con Jesus, en Jesus y por Jesus se abre otra y definitiva etapa de salvación: “El que es de Cristo es una criatura nueva. Lo antiguo ha pasado, lo nuevo ha comenzado.” Pablo también reafirma el discipulado y la misión al decirnos que, “por eso, nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios mismo nos exhortara” a ir a otros a decirles: “en nombre de Cristo les pedimos que se reconcilien con Dios.”
El evangelio de Lucas, que es el evangelio de la misericordia, nos presenta el pasaje bíblico donde Jesus cuenta la historia conocida como la parábola del hijo prodigo, dándoles una lección a los fariseos y escribas, quienes lo criticaban por “preferir” escuchar y comer con publicanos y pecadores. En el contexto de las otras lecturas de hoy y de la cuaresma, este pasaje bíblico y su parábola del hijo prodigo nos lanza ciertas preguntas para nuestra reflexión como discípulos misioneros:
¿Cuál es la actitud del hijo menor? ¿Cuál es la actitud del padre frente al hijo perdido? ¿Cuál es la actitud del hijo mayor? ¿Cuál es la actitud del padre frente al hijo mayor? ¿Cómo pueden los dos hijos reconciliarse entre si?
Que hoy podamos reflexionar en nuestra historia de salvación y encontrar respuestas a las preguntas anteriores. Jesus con su vida y su palabra, aun comiendo, revelo la voluntad de Dios. que como discípulos de Jesus mostremos siempre el Rosto de la misericordia de Dios, manteniendo nuestras puertas y mentes abiertas a su misericordia y que seamos signo viviente de la misma para los que más lo necesitan.