“Mi corazón se regocija en el Señor, mi Salvador”
Reflexiones sobre las lecturas del Inmaculado Corazón de Maria (9 de junio, 2018): Is 61,9-11; Interleccional: 1Sm 2,1.4-8; Lc 2,41-51
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
“Su madre conservaba todo esto en su corazón.”
Maria, su corazón de mujer y de madre; fue la elegida para engendrar a Jesús, ambos corazones latieron al unísono durante nueve meses y después siguieron latiendo al ritmo del amor de Dios, quien los unía y los guiaba en la misión que cada uno tenía. Para Maria, como madre y discípula su corazón estaba en Jesús, Su corazón latió por él, vivió para él y su corazón fue traspasado por una espada cuando Jesús se entregaba en la cruz al Padre.
Maria nos enseña cómo ser discípula del Señor, nos muestra el comportamiento que agrada a Dios, que nace de una relación profunda con Jesús y se manifiesta día a día en la familia, en el trabajo, en la sociedad y por supuesto en la comunidad eclesial. “Maria nos dejó un estilo mariano en la actividad evangelizadora de la Iglesia. Porque cada que miramos a Maria volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes…” (EG #288)
Que, al celebrar hoy el corazón de María, ella nos ayude a tener sus mismos sentimientos y podamos aprender de ella ese discipulado misionero que enfrenta la vida y la misión manteniendo al igual que ella ese “si” rotundo y que la llevó a vivir y ser parte de la historia de salvación desde Nazaret, en la Anunciación, manteniendo ese si en el martirio de Jesús en el Calvario, hasta poder estar presente con la Iglesia naciente en pentecostés.