Conservaba todo en su corazón
Reflexiones sobre las lecturas del Inmaculado corazón de Maria (20 de junio, 2020): Is 61,9-11; Interleccional 1Sm 2,1.4-8; Lc 2,41-51
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Maria; mujer y madre, bajo el título de su corazón, nos muestra también, lo que es...
“Mi corazón se regocija por el señor.” La celebración del memorial del inmaculado corazón de Maria nos evoca los sentimientos que Maria vivió, como mujer y como madre. Como mujer, vivió y enfrento un contexto social e histórico propio, formando parte de un pueblo que se reconocía a sí mismo como el pueblo de Dios: Israel.
Como madre, desde el inicio, su maternidad le exigió un “si” al plan de Dios, aun cuando no entendía totalmente cómo se llevaría a cabo. Declarándose a sí misma “la esclava del Señor,” Maria se convierte en el modelo de mujer y discípula que vive sin reserva y sin límites el don del Amor. El corazón de Maria es el Amor mismo, ya que ella engendro en su vientre al mismo Dios-hombre que vino a mostrarnos el inmenso Amor que el Padre nos tiene y a ofrecernos la salvación e invitarnos continuar amando y a ser parte de su misión.
Maria; mujer y madre, bajo el título de su corazón, nos muestra también, lo que es vivir como discípula misionera en una relación de apertura, confianza y entrega a Dios, y con una identificación con Jesus y su misión. Desde esta perspectiva el corazón inmaculado de Maria nos invita a vivir la voluntad de Dios, a acoger las enseñanzas de Jesus y a ser adoradores en espíritu y en verdad.
El Papa San Juan Pablo II, nos invitó a recordar que Dios nos ama a todos, pero preferencialmente a los pobres y humildes a través de acudir al corazón inmaculado de Maria y a la profundidad de su fe expresada particularmente en el magníficat para que podamos así, renovar e integrar la verdad sobre Dios que es amor que salva y fuente de todo don. (Encíclica Redentoris Mater #37)
“Dulce corazón de Maria, sed la salvación mía.” Es así como Maria hoy bajo el título de su inmaculado corazón, nos trae la presencia del amor, reflejado y vivido desde la mujer, la madre, los pobres y los humildes. Pidamos siempre su intercesión y compañía para en estos momentos difíciles en el mundo, podamos ser discípulos misioneros, testigos del amor y protagonistas de la construcción de un mundo que gire alrededor del mismo. Que nuestras acciones sean fruto de este amor, especialmente con los pobres y los humildes.