Los mandamientos del Señor son verdaderos
Reflexiones sobre las lecturas de III Domingo de Cuaresma (4 de marzo 2018): Éxodo 20, 1-17; Salmo responsorial 18; 1 Corintios 1, 22-25; Juan 2, 13-25
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Las lecturas de la liturgia de hoy nos deben ayudar a seguir nuestro proceso de conversión personal y comunitaria: La lectura del éxodo nos invita, al igual que al pueblo de Israel, a recordar los momentos de liberación que Dios ha hecho en y con nosotros, antes de darnos los mandatos fundamentales que debe guiar nuestro actuar como discípulos de Jesus en la Iglesia y la sociedad.
La primera carta a los Corintios nos deja saber que los Romanos usaban la cruz como instrumento de tortura para castigar a los criminales, así que para los judíos era escandaloso que quien decía que era Dios muriera en esa cruz, para lo griegos, era ilógico que la divinidad falleciera de esa manera. Contrario a todo este pensamiento Cristo crucificado y resucitado es la persona que nos mueve a la conversión y el mensaje a proclamar por la comunidad de Discípulos, un anuncio que constituye en centro de la misión de la Iglesia hoy.
El relato del evangelio de Juan nos ayuda a reconocer Jesus como el Profeta, que denuncia una religión que ha perdido el centro de su Ser y como el Mesías, que nos declara con autoridad su relación con el Padre y nos da como signo su propia resurrección. Frente a esta realidad reflexionada en este III domingo de cuaresma, solo nos toca proclamar con el salmo 18: “Señor, tú tienes palabras de vida eterna.”
