Mi alma canta la grandeza del Señor
Reflexiones sobre las lecturas de la Fiesta de la visitación de la virgen Maria (31 de mayo, 2018): Sof 3,14-18; Interleccional Is 12; Lc 1,39-56
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
El acontecimiento histórico de la visitación de la Virgen Maria nos presentan a dos mujeres, María e Isabel, quienes experimentan la acción de Dios en sus vidas y llenas de alegría cantan al Dios liberador del pueblo.
Este es también, un encuentro generacional, Una mujer adulta de varios años y una joven, dos etapas históricas, Antiguo y Nuevo Testamento que marcan un momento significativo entre Jesus y Juan, quienes, desde el vientre de sus madres, son también protagonistas del encuentro entre Dios y su pueblo.
Ambas mujeres proclaman la presencia de Dios: Isabel reconoce a Maria como madre y mujer, y a Jesus como “fruto bendito” mientras, alaba la increíble fe de María. quien, proféticamente proclama lo que será conocido como el magníficat, "Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador…” un canto que reconoce la grandeza del plan de Dios en la historia, donde este se muestra con poder de generación en generación, mostrando que enaltece a los humildes y derriba del trono a los poderosos.
Que en esta celebración sea ella, Maria: La mujer, madre y discípula, la que venga y nos visite en nuestros hogares, en nuestras comunidades de fe, lugares de trabajo y convivencia, para que nosotros al igual que Isabel reconozcamos a Jesus como fruto bendito y la recibamos ella como Madre, y que con su presencia y ejemplo, podamos decir si al plan de Dios, proclamando con alegría la grandeza y fidelidad de Dios de generación en generación.