¿No saben que son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes?
Reflexiones sobre las lecturas de la Fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán (9 de noviembre, 2020): Ez 47, 1-2. 8-9. 12; Salmo 45, 2-3. 5-6. 8-9; I Cor 3, 9c-11. 16-17; Juan 2, 13-22
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Reconociendo, también que nosotros somos también templos de Dios, piedras vivas de un cuerpo místico; no podemos permitir que, se relegue nuestra practica de fe solo a la intimidad secreta de la vida personal.
“Cristo fundó una ekklesia, es decir, una asamblea de llamados, que instituyó los sacramentos, como signos y transmisores de su presencia y de su salvación. Ciertamente una religiosidad conformada sólo por prácticas exteriores no sirve de nada; Jesús se opone a ella en todo el Evangelio. Pero no hay oposición entre la religión de los signos y de los sacramentos y la íntima; entre el rito y el espíritu. Los grandes genios religiosos (pensemos en Agustín, Pascal, Kierkegaard, Manzoni) eran hombres de una interioridad profunda y sumamente personal y, al mismo tiempo, estaban integrados en una comunidad, iban a su iglesia, eran "practicantes" (Recién elegido cardenal Catalamessa).
La fiesta de la dedicación de la Basílica de Letrán nos ayuda a recordar la importancia de los templos, este año hemos experimentado en esta pandemia del COVID-19, esta situación de nuestros templos cerrados. Podemos darnos cuenta que los templos son donde, nuestra vida personal sea une a otros discípulos para dar también, vida a la comunidad y juntos, escuchar la Palabra de Dios y recibir el Pan de Vida: Jesucristo resucitado y, ya fortalecidos por este encuentro, para regresar con un corazón alegre y con esperanza a llevar adelante la misión a la que hemos sido llamados tanto personal, como comunitariamente: ¡Hacer presente en el mundo el Reino de Dios!
Reconociendo, también que nosotros somos también templos de Dios, piedras vivas de un cuerpo místico; no podemos permitir que, se relegue nuestra practica de fe solo a la intimidad secreta de la vida personal. La dedicación de la basílica de Letrán nos debe recordar que nuestra fe y practica del Evangelio debe de influenciar la vida social no solo en nuestra comunidad, sino en las periferias de esta. El Papa Francisco a este respecto nos dice: “Una autentica fe, que nunca es cómoda e individualista, siempre implica un profundo deseo de cambiar el mundo, de transmitir valores, de dejar algo mejor detrás de nuestro paso por la tierra. (EG #183) Sea pues discípulos apasionados y creativos para llevar nuestra fe a los lugares donde mas se necesite
Celebremos entonces esta fiesta y que ella nos ayude a seguir preocupados por la construcción de un mundo mejor. Que nuestra vida personal y comunitaria nos lleve a una acción evangelizadora transformadora, siempre cercana a los pobres y excluidos, realizada por discípulos misioneros y, que brota del corazón amante de Jesucristo.