Lo proclamaran dichosos todas las razas de la tierra. ¡Aleluya!
Reflexiones sobre las lecturas de la Epifanía del Señor - (3 de enero 2021): Isaías 60,1-6; Salmo 71; Efesios 3,2-3a.5-6; Mateo 2,1-12
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
La fiesta de la epifanía es la celebración donde podemos afirmar que tenemos fe en un Dios que se manifiesta a la humanidad, un Dios que se acerca a cada realidad y cultura.
¡Celebramos hoy la Fiesta solemne de la Epifanía del Señor, conocida como la fiesta de los reyes magos! La palabra “epifanía” significa “la manifestación” de algo o de alguien: "¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo".
Las lecturas de hoy nos presentan “la manifestación” “la presencia de Dios en el mundo” y nos invitaran a reflexionar en esta “manifestación” en dos dimensiones; La primera, la universalidad de la salvación que Jesus trae al mundo con su presencia y la segunda, como cada uno respondemos, confesamos y actuamos en la fe a este Dios que se nos manifiesta hoy a todos y a cada uno en nuestra realidad y cultura.
La primera lectura del libro del profeta Isaías provienen del capítulo 60. El libro del profeta Isaías es el que mejor nos prepara para recibir la buena nueva de Jesus, ya que los temas que nos propone para meditar y actuar son la santidad de Dios, la gravedad del pecado personal y social, y finalmente; nos invita a valorar la fidelidad de Dios a su pueblo elegido.
Isaías en el capítulo 60, profetiza durante el tiempo de la restauración, es decir el tiempo de regreso a Jerusalén de los israelitas deportados a Babilonia, el profeta, anima al pueblo de Israel a poner su fe en la fuerza salvífica de Dios, quien traerá justicia y paz al pueblo y así Jerusalén brillará de nuevo. Una nueva época está comenzando donde Dios protegerá nuevamente a su pueblo.
Pablo en la segunda lectura de la carta a los Efesios, nos amplía la concepción del mensaje del libro de Isaías: La salvación ofrecida por Dios a través de Jesucristo es para judíos y paganos. Dándonos así una visión universal de salvación y por lo tanto un nuevo pueblo: llamado el nuevo Israel: La Iglesia.
Finalmente, Mateo, quien por medio del relato de la visita de estos extranjeros llamados los sabios de oriente, nos deja saber el origen divino de Jesus y el carácter universal de su misión como Mesías, heredero de David, ubicando a Belén como su lugar de nacimiento.
La fiesta de la epifanía es la celebración donde podemos afirmar que tenemos fe en un Dios que se manifiesta a la humanidad, un Dios que se acerca a cada realidad y cultura. Un Dios que actúa en todos y para todos, un Dios que invita y motiva a ser sus discípulos, a participar en la universalidad de la misión. Una universalidad que nos llama a ir más allá de nuestra propia realidad. Vayamos pues este domingo a vivir esta epifanía del Señor y respondámosle: ¡Muéstranos, Señor tu bondad y salvación!