Predicando Mision

Domingo de ramos, 25 de marzo, 2018

Written by Equipo MISSIO | Mar 21, 2018 9:31:51 PM

 

Fieles del Señor, alabadlo; linaje de Jacob, glorificadlo

Reflexiones sobre las lecturas del Domingo de ramos y de la pasión del Señor (25 de marzo 2018): Is 50,4-7 Salmo 21 Fil 2,6-11 Mc 14,1–15,47

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

La liturgia del domingo de Ramos, puerta de entrada a la a la semana santa, ubica a Jesus en Jerusalén, alrededor de la fiesta de los panes ázimos. En los capítulos 14 y 15 del evangelio de Marcos podemos seguir en detalle estos acontecimientos de los últimos momentos de vida de Jesus, su pasión y su camino hacia su muerte y resurrección, que es su victoria final.

El texto del antiguo testamento pertenece al libro del profeta Isaías y es parte del tercer poema del Siervo del Señor, un poema profético que, desde la perspectiva cristiana, nos habla de Jesus; enfatizando el papel del discípulo fiel a Dios, y a su plan, en cual pone este pone su confianza cada día y se prepara para abrir sus oídos a la escucha de la voz de Dios: “Sabiendo que no quedara defraudado.”

En la segunda lectura, la carta a los Filipenses refleja el sentimiento y la convicción de Pablo, quien aun estando prisionero (posiblemente en Efeso o Cesarea,) escribe a la comunidad de Filipo para presentarles a Jesus: Una convicción que nos debe inspirar y ofrecer motivos de esperanza y fe al reflexionar, en esta semana mayor, Pablo presenta a Jesus; primero, cómo el hijo de Dios, que se hizo humano y vivió como tal, eligiendo ser fiel al plan de Padre y segundo, presenta a Jesus al final de su vida, en su muerte y resurrección, quien por su obediencia y confianza en el Padre, deja ser siervo y recibe “ Un nombre, por encima de todo nombre” y es ahora el Señor del universo, regresando a la derecha del Padre. Digno de compartir la misma gloria.

Que, en este domingo de ramos, podamos recordar, repasar y celebrar la vida de Jesus para contrastar nuestra propia vida y podamos así, poner y/o renovar nuestra confianza en el Plan de Dios, que al hacerlo también renovemos, refirmemos y compartamos la misma convicción de Pablo, convicción nacida y fortalecida de la Fe y podamos llevar adelante nuestra propia vocación cristiana y la misión de llevar otros “La alegría del evangelio”