Cantemos al Señor, sublime es su victoria
Reflexiones sobre las lecturas del Domingo de Pascua de resurrección - (4 de abril 2021): Hechos 10,34a.37-43; Salmo 117; Colosenses 3,1-4; Juan 20,1-9
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
En el evangelio, Juan nos trae el pasaje bíblico donde María Magdalena va el sepulcro de madrugada. “María va a oscuras” pues, aún no ha sido testigo de la resurrección...
La liturgia de este día nos ofrece en la primera lectura, un texto de los Hechos de los apóstoles donde Pedro nos muestra la fuerza y la fe de los primeros discípulos quienes después de pentecostés, entienden mejor la misión, se fortalecen y se lanzan a la misma. Pedro, aprovecha la oportunidad para anunciar la buena nueva de Jesus, quien ha resucitado y, a la vez, resume la historia de salvación integrando en esta, las promesas de Dios cumplidas en Jesucristo.
Pedro deja claro que el misterio pascual de Jesus: Su vida, su muerte y su resurrección son el camino de acceso para cada hombre y mujer; judíos o no, esta es la gran familia surgida de la fe en Jesus: Dios y hombre enviado por el Padre. Esta nueva familia o comunidad surge claramente como resultado de la resurrección de Jesus. La vida venció a la muerte. La luz a la oscuridad. La verdad a la mentira. La esperanza a la desesperación.
En el evangelio, Juan nos trae el pasaje bíblico donde María Magdalena va el sepulcro de madrugada. “María va a oscuras” pues, aún no ha sido testigo de la resurrección. Al ver la piedra corrida en el sepulcro, no entra a diferencia del mismo relato que nos comparte Lucas, en su evangelio. Ella se regresa en búsqueda de Pedro y el otro discípulo.
Ellos al entrar en la tumba solo encontraron las vendas y el sudario, el cuerpo de Jesus había desaparecido. Viendo esto creyeron e inmediatamente salieron a comunicar esta buena nueva al resto de los discípulos. La resurrección de Jesus a partir de ese momento fue la fuente de fe, de la fortaleza y de la unidad para sus discípulos. La presencia de Jesus resucitado les hizo entender todo lo que ya habían experimentado con el mismo Jesus, clarificando y afirmando los hechos y las palabras del maestro antes de su muerte.
Hoy que celebramos la resurrección de Jesus, viviendo los resultados de una pandemia, no podemos quedarnos igual, la invitación hoy es renovar nuestra fe en el resucitado. Creamos que el nos ama, que es capaz de intervenir misteriosamente y que no nos abandona. ¡No nos quedemos fuera de la esperanza transformadora de la buena nueva que nos trae la resurrección de Jesus y resucitemos con el!