Predicando Mision

Cuarto domingo en tiempo ordinario - 3 de febrero, 2019

Written by Equipo MISSIO | Jan 29, 2019 3:19:16 PM

 

El mayor regalo: amor

Reflexiones sobre las lecturas del cuarto domingo en tiempo ordinario (3 de febrero, 2019): Jeremías 1,4-5.17-19; Salmo 70; 1 Corintios 12,31-13,13; Lucas 4,21-30

MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.

"Antes de formarte en el vientre, te escogí; antes de que salieras del seno materno, te consagré.” Llegamos al tercer domingo del tiempo ordinario o tiempo durante el año, hoy estamos acompañados de una serie de citas donde escucharemos a Jeremías y a Pablo, quienes nos guiaran por una reflexión sobre la vocación, los dones y cuál es el más importante entre ellos: El Amor.  

Lucas, nos mostraran, que Jesus es el Mesías, el elegido por el Padre en el poder del Espíritu Santo, escucharemos que el se cumple la palabra y nos daremos cuenta de que, el mismo es la Palabra, a la vez nos compartirán las contradicciones que el mismo Jesus tiene en su propia tierra.  Reflexionemos entonces en cada una de estas lecturas y su mensaje: 

El Texto del profeta Jeremías lo podemos dividir en dos partes: La primera se refiere a su llamado a ser discípulo y la segunda parte, a su envío como profeta. El profeta es llamado por la palabra de Dios, para convertirse en también vocero de la misma. La Palabra lo consagra, lo elegí para ser profeta de las naciones. Se convierte en vocero de la verdad, pero decir la verdad no es fácil, Dios se adelanta a decirle “no tengas miedo” y la promesa no es de sacarlo de los problemas cuando estos aparezcan, la promesa es mas profunda y permanente: Dios estará siempre con el profeta.  

San Pablo en su primera carta a los Corintios nos comparte un cantico al Amor, en el contexto de la discusión entre los corintios a cerca de los carismas. Pablo afirma que el amor es el carisma por excelencia. Sin él, los demás no tienen validez.  

Lucas, en su evangelio, continua la lectura de la semana anterior: Jesús confirma y continúa su camino misionero al servicio de los pobres, marginados y excluidos, con una palabra de vida, aunque amenazada siempre de muerte, esta Palabra lleva en si misma esperanza y por lo tanto acrecienta la fe del que le da la bienvenida.  

Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, ser discípulo misionero es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Dios que se hace real en la comunidad, en la calle, el trabajo, en la escuela, en un camino. Vayamos pues a llevar este amor comunitario, seguros que Dios nos ha elegido desde antes de estar en el vientre de nuestra madre para ser profetas, profetas de la alegría que da esperanza.