Hizo oír a los sordos y hablar a los mudos
Reflexiones sobre las lecturas del 23 domingo del tiempo ordinario (9 de septiembre, 2018): Is 35,4-7a; Salmo 145; Sant 2,1-5; Mc 7,31-37
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
La primera lectura del profeta Isaías, el profeta de la consolación, le escribe al pueblo de Israel en los momentos más difíciles del destierro, recordándoles que Dios es fiel que no tengan miedo.
Es necesario confiar que Dios va a salvar a su pueblo. El transformara todo el dolor en alegría.
La segunda lectura de la carta de Santiago es un llamado de atención a no hacer distinción de personas en la comunidad. Esta lectura es también una invitación a la fraternidad nacida y practicada como fruto del Amor. La práctica del Amor nos debe llevar a desarrollar relaciones sociales entre los miembros de la comunidad que terminen con la marginación de personas y grupos. Cada vez que el cristiano celebra la eucaristía debe asumir este compromiso de fraternidad basado en el Amor.
Finalmente, Marcos en su evangelio nos presenta a Jesus en territorio pagano, o sea territorio extranjero “en Sidón hacia el mar de Galilea, por en medio de la Decápolis” esto nos dice que, aunque Jesus no viajo al extranjero, considerado por los judíos en ese tiempo como “el mundo de los paganos” ya que ellos eran los únicos elegidos; vemos en este pasaje que de alguna manera los paganos también fueron destinatarios de la buena nueva.
Es importante para nosotros ver el comportamiento de Jesus en medio de personas de diferente religión: Vemos que Jesus no está en actitud apostólica, no se trata de convertir a nadie a que crea en lo que el cree. No intenta enseñar los fundamentos de su religión, es más ni siguiera predica. Simplemente sana, él va a la acción. Jesus pasa por territorio pagano con los ojos bien abiertos en la realidad listo para compartir, quizás no tenga mucho que decir, pero si mucho que hacer.
Aunque Jesus no predica en tierra pagana, si evangelizo, pues llevo la buena nueva, no hablo del Reino, sino que lo hizo presente. No hablamos aquí de despreciar la teología, la doctrina o la palabra, ni mucho menos Jesus lo hizo, sino que si nos fijamos en él; la vida, es número uno, la teoría, la concientización, etc. son más medios para entender y vivir este mensaje de alegría que da esperanza.