Gusten y vean qué bueno es el Señor
Reflexiones sobre las lecturas del 19 domingo del tiempo ordinario (12 de agosto, 2018): 1Re 19,4-8; Salmo 33; Ef 4,30–5,2; Jn 6,41-51
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
Las lecturas de este domingo 19 del tiempo ordinario, también llamado tiempo durante el año, nos traen la oportunidad de reflexionar sobre nuestra relación con Dios a través de Jesus.
En la lectura del evangelio de Juan nos presenta como los judíos no pudieron ver más allá de la humanidad de Jesus y se escandalizan cuando él se compara con “el pan” y mucho más cuando proclama que “este pan es bajado del cielo” ya que ellos conocen a Jesus desde su infancia, saben quiénes son sus padres y familiares. Esta imposibilidad de encontrarse con Jesus más allá de su humanidad, nos deja claro que conocer a Jesus es el primer paso, pero para ser su discípulo hay que tomar la decisión de seguirlo, si bien es cierto que es Dios quien suscita en el ser humano la fe, también es cierto que un segundo paso es recibir a esa relación.
En la segunda lectura de la carta a lo Efesios, Pablo hace una exhortación a los que ya han experimentado a Jesus más allá de su humanidad, quieren seguirlo y le han dicho: “si” convirtiéndose en sus discípulos misioneros. Esta es exhortación es a la unidad, Pablo les pide un paso más: “No entristecer al Espíritu y vivir en el Amor.”
En la lectura del antiguo testamento, el profeta Elias en la primera carta de los Reyes, nos presenta una narración llena de profunda simbología: El desierto, los cuarenta días y cuarenta noches, el alimento, los Padres, el monte de Dios son muchos detalles para no darse cuenta de que nos está recordando el éxodo y que el camino del profeta es el camino en búsqueda de sus raíces que terminara en un encuentro con Dios. Muchos personajes bíblicos han sentido debilidad, desanimo como resultado de la misión. Pero al reconocer esta debilidad, al igual que Elias, Dios interviene. Elias nos trae una narración que habla de esta este camino, donde hay cansancio y desánimo y nos ofrece una recomendación: Reconocer que la misión es demasiado grande como para tratar de hacerla con nuestras propias fuerzas.
