Los fue enviando de dos en dos
Reflexiones sobre las lecturas del 15 domingo del tiempo ordinario (15 de julio, 2018): Am 7,12-15; Salmo 84; Ef 1,3-10; Mc 6,7-13
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
El domingo anterior, meditamos a cerca de la misión y el profetismo.
Hoy la liturgia de la palabra dándole continuidad al tema nos invita a escuchar y meditar a cerca de la misión y el discipulado.
En la lectura del antiguo testamento, nos encontramos con el profeta Amos, quien es del Reino del Sur, en un conflicto con el sacerdote Amasias, centinela del santuario de Betel en el Reino del Norte. Amos en el comienzo de su misión encuentra rechazo de la autoridad religiosa, esto le presagia problemas, Amos está dispuesto a enfrentar y superar los problemas, pues sabe que ha sido enviado por Yahvé mismo a profetizar: "Ve y profetiza a mi pueblo de Israel." Así que con semejante determinación y envío, Amasias no tiene otra alternativa más que escucharlo.
En la lectura de la Carta a los efesios, Pablo nos presenta una alabanza a Dios y en ella, el apóstol confirma que todos los bautizados, participan, también de la elección, como miembros de la iglesia que también son. La Centralidad de Jesucristo y de la salvación recibida de él, a través de su vida, pasión, muerte y resurrección, son elementos que hay resaltar en esta alabanza y en nuestra vocación y misión.
Finalmente, el evangelio de Marcos presenta una nueva etapa para los discípulos de Jesus: Llevar a delante la misión. Ahora les toca ir compartir lo que han visto y oído. En esta nueva etapa, Jesús sabe lo que les espera a los Doce. Les da algunos consejos y los envía de dos en dos. La compañía es apoyo, fuerza y motivación para cumplir mejor con la misión y para enfrentar las dificultades.
Que la liturgia de este domingo nos ayude a renovar y fortalecer nuestro discipulado y misión, que estemos dispuestos a compartir el camino con otros, para que en comunidad podamos enfrentar cualquier obstáculo, pues sabemos que hemos sido elegidos por Dios, proclamando una alabanza comunitaria, junto con el salmista, por nuestro bautismo y vocación de servicio en la Iglesia y la sociedad: Muéstranos, Señor, tu misericordia y danos tu salvación.