A ti te hablo, levántate
Reflexiones sobre las lecturas del 13 domingo del tiempo ordinario (1 de julio, 2018): Sab 1,13-15; 2,23-24; Salmo 29;
2Cor 8,7-9.13-15; Mc 5,21-43
MISSIO ofrece "Predicando Misión," como una ayuda de homilía, que proporciona conexiones a la misión a partir de las lecturas de los domingos, los Días festivos y los Días Santos.
"No temas; basta que tengas fe."
Marcos en su evangelio de hoy nos presenta dos historias de fe que tiene cierto contraste: Primero, la historia de Jairo, jefe de una sinagoga, hombre de prestigio, quien busca a Jesus pues su hija está enferma y en peligro de muerte. Jairo se arrodilla frente a Jesus, implorando que la cure, Jesus responde poniéndolo de pie y caminado con él. La segunda historia es la de la mujer conocida como la hemorroisa, quien sangraba continuamente y por esa razón, era considerada impura, por lo tanto, marginada en la sociedad
El contraste entre estas dos historias es claro, Un hombre prestigioso y una mujer enferma y margina. Jesus en medio de la multitud, responde a ambos; con Jairo comienza a caminar con él y con la mujer, la saca de su anonimato y marginación; dándole la atención debida, aun dejando a Jairo para atenderla, sanándola físicamente y liberándola integralmente, dándole así su lugar en la historia,
Mientras tanto, Jairo recibe la noticia de que su hija a muerto, que no moleste más al maestro. Jesus frente a esa realidad de muerte, hace presente la esperanza, que muchas veces, se convierte en sombro y burla para muchos, El Dios de la vida se hace presente en los momentos de muerte, transformando todo. Jesus con palabras poderosas habla a la niña: “Talitha Kum” ¡Niña a ti te hablo levántate! Y la niña se levantó, la fe de sus padres fue suficiente.
Que la propuesta del Reino de Dios, que nos trae el mensaje de hoy, nos fortalezca y anime a lanzarnos a la misión con la seguridad que basta que tengamos fé y que como discípulos de Jesus nos lancemos a la misión. En la medida que nuestra evangelización haga presente este reino entre nosotros, la vida social será ámbito de fraternidad, de sanación, de libertad, de justicia, de paz y dignidad para todos: donde la vida reina sobre la muerte. Escuchemos la voz de Jesus que nos dice: “A ti hablo, levántate.”