Hoy es el tiempo propicio
Reflexiones sobre las lecturas del XXXIII domingo del tiempo ordinario - (14 de noviembre 2021): Daniel 12,1-3; Salmo 15; Hebreos10, 11-14. 18; Marcos13, 24-32
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Jesus abre nuestros ojos para verte en los más vulnerables y necesitados. Abre nuestros labios para hablar tu Palabra y llevar así esperanza...
Llegamos al domingo XXXIII del tiempo ordinario. Nos acercamos al final del ciclo o año litúrgico B. Este domingo el evangelista Marcos nos presenta en su evangelio parte del discurso escatológico de Jesus y con las varias enseñanzas que nos ayudan a mantener viva la esperanza y fortalecer nuestro discipulado misionero para hacerle frente a las situaciones adversas que como comunidad enfrentamos. Su mensaje es claro: “Verán venir al hijo del hombre entre nubes con gran poder y gloria”
Hay que decir y reconocer que este texto está escrito en lenguaje apocalíptico, un género literario o manera de escribir, que utiliza simbología para hacer una revelación. En este texto en particular, nos revela la acción definitiva de Dios al final de los tiempos: el anuncio de un mundo nuevo y de una nueva creación, iniciados por Jesus a través de su vida, pasión, muerte y resurrección.
Este género literario apocalíptico fue utilizado en el periodo veterotestamentario con la finalidad de levantar el ánimo y sembrar la esperanza, y es utilizado en nuevo testamento por Marcos, así como también lo emplea Mateo, Lucas y Juan en sentido escatológico o sea para comunicarnos sobre el final de los tiempos e inspirar esperanza, alegría y responsabilidad. Pues para cada uno de nosotros los cristianos incluso lo catastrófico tiene sentido positivo y esperanzador. Jesus transforma nuestra vida de una manera que renueva nuestro ser. Estemos siempre alerta para su llegada. Llevemos su mensaje a todo aquel que lo necesita, especialmente el más vulnerable y abandonado de nuestra sociedad, siendo de esta manera signos de la esperanza cristiana “del ya pero todavía no” que nos habla la escatología.
Jesus abre nuestros ojos para verte en los más vulnerables y necesitados. Abre nuestros labios para hablar tu Palabra y llevar así esperanza, abre nuestros oídos para escucharte a través de los demás, abre nuestro entendimiento para distinguirte en medio de tanta mentira, abre los brazos para recibirnos y toca nuestros corazones para amar como tú. Regálanos la sensatez para comprender la pequeñez de nuestra vida, y así poder ponerla al servicio donde tu nos llames. Tú que vives y haces vivir, por los siglos de los siglos. Amén.