No estás lejos del reino
Reflexiones sobre las lecturas del XXXI domingo del tiempo ordinario - (31 de octubre 2021): Deuteronomio 6,2-6; Salmo 17; Hebreos 7,23-28; Marcos 12,28b-34
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Jesus prepara el camino para que el que lo está escuchando reciba en profundidad el mensaje que le dará.
En el evangelio de Marcos hoy, Jesus empieza su respuesta sobre el mandamiento más grande diciendo: Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es uno. Reafirmando que Dios siempre nos invita a que le escuchemos, no se cansa de repetirnos esto. Porque somos sus hijos y el, sabe lo que nos conviene.
Jesus prepara el camino para que el que lo está escuchando reciba en profundidad el mensaje que le dará. La manera con que comienza su respuesta es la misma manera con la comienza la oración del Shemá judío en libro del Deuteronomio capítulo 6, 2-6. el cual es también, la primera lectura de este domingo.
Estamos entonces ante la profesión de fe más profunda del pueblo de Israel y la oración más tradicional y común entre los judíos. Es la oración que aprenden desde niños y rezan aun en su lecho de muerte, así como también varias veces al día.
El significado de esta oración está basado en el verbo hebreo “Shemá” que significa “escucha” pero que lleva implícito “escucha, obedeciendo.” “escuchar poniendo en práctica. En esta oración al confesar que “el señor es nuestro Dios, y es uno” proclama también, con fervor la fe en ese único Dios. Especialmente cuando los países vecinos de Israel eran politeístas o sea que creían en varios Dioses.
El pueblo de Israel, así como también los cristianos al proclamar que solo hay un Dios, confirma que no hay necesidad de dividir el corazón, la mente, el culto y el actuar…para darle respuesta a diferentes dioses. Como sucedía y sucede en otras religiones. En la unidad de Dios encontramos nuestra propia unidad humana. No estamos divididos, fuimos creados para un solo Dios y todo nuestro ser se dirige hacia él. A este mismo Dios escuchamos obedeciendo:
Oh, Dios, que te has revelado a través de la historia volviéndola una historia de salvación en la cual, nos dejas ver tu esencia que Amor el cual nos regalas a través de la salvación de tu hijo Jesucristo en el poder del Espíritu Santo. Hoy te pedimos que nos sigas fortaleciendo para poder escuchar y poder seguir tu voz. Que nuestro corazón acoja tu Palabra y podamos ponerla en acción en nuestra vida para ser partícipes a la vez de tu misión evangelizadora como discípulos misioneros de una Iglesia en salida que comparte la Fe y el Amor que hemos recibido. Amen