¡El que es de fiar en lo poco, lo es también en lo mucho!
Reflexiones sobre las lecturas del XXV domingo del tiempo ordinario (22 de septiembre, 2019): Amós 8:4-7; Salmo 112; 1 Timoteo 2,1-8; Lucas 16,1-13
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
¿Vale la pena ser fiel y justo en lo poco y en lo mucho, a pesar de que otros no lo sean? En la liturgia de la palabra de hoy, Jesus en el evangelio de Lucas, nos cuenta la parábola del administrador deshonesto y sagaz en la que, después de escucharla podríamos hacernos la pregunta anterior.
A veces las faltas pequeñas nos parecen eso, pequeñas e irrelevantes y nos quedamos tranquilos con ellas. Pero si nos atrevemos tomar sin permiso unas cuantas monedas, al poco tiempo tomar billetes será muy fácil. Si no le damos importancias a las pequeñas acciones, podemos llegar a permitir acciones mucho más grandes y de mayor impacto negativo para muchos. Incluso para nosotros mismos, aun cuando lo hagamos para nuestro supuesto beneficio.
Los peor de todo esto es que la deshonestidad e injusticias, suelen crear ese mismo efecto en otros y así se va institucionalizando una cultura de corrupción en nuestras familias, barrios y comunidades, hasta el punto de que no hacerlo parece tonto. En estas circunstancias hacer lo contrario requiere también una consciencia sobre la realidad del bien y el mal y sus resultados. También requiere una voluntad firme para no caer, no solo en la tentación de la acción, sino también en considerarla “como lo normal”
Para avanzar en la construcción de un pueblo en paz, justicia y fraternidad, es necesario que cada uno de los discípulos misioneros como ciudadanos ejerzamos esos mismos valores en nuestras vidas, familias y comunidades, para así motivar a otros a realizarlas en esas mismas dimensiones y junto a ellos en la sociedad. Hay que reconocer hoy junto al papa Francisco que la inequidad o desigualdad es la raíz de los males sociales (EG #202).
Hoy hay que hablar más de la ética, hay que fomentar la solidaridad a nivel mundial, hay que mantener presente la dignidad de los débiles. En fin, a recordar que Dios exige un compromiso con la justicia. Hay que orar por los políticos, por líderes comunitarios y los líderes religiosos. ¡No se puede servir a Dios y al dinero! Hay que tomar una decisión: ¿Vale la pena ser fiel y justo en lo poco y en lo mucho, a pesar de que otros no lo sean?