Practiquen la palabra
Reflexiones sobre las lecturas del XXII domingo del tiempo ordinario - (29 de agosto 2021): Deuteronomio 4,1-2.6-8; Salmo 14; Santiago 1,17-18.21b-22.27; Marcos 7,1-8.14-15.21-23
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
¿Quién y cómo se puede vivir en la presencia de Dios? ¿Qué es lo esencial de nuestra práctica religiosa? ¿Cuál es la relación entre la letra y el espíritu?
“Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?” es la frase que resuena hoy al proclamar el salmo responsorial de este domingo XXII del tiempo ordinario. Esta respuesta comunitaria nos pone en contexto con el resto de las lecturas las cuales nos ofrecen pasajes bíblicos que nos dicen donde esta lo esencial de nuestra práctica de la fe. ¿Quién y cómo se puede vivir en la presencia de Dios? ¿Qué es lo esencial de nuestra práctica religiosa? ¿Cuál es la relación entre la letra y el espíritu?
La primera lectura del libro del Deuteronomio nos presenta a Moisés exhortando al pueblo, centrándose en la necesidad que hacer una clara opción por este Dios de la libertad y la justicia que los acaba de sacar de Egipto: “Así cumplirán los preceptos del Señor, su Dios, que yo les mando hoy. Pónganlos por obra, que ellos son su sabiduría y su inteligencia… ¿hay alguna nación tan grande que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre que lo invocamos?
La segunda lectura, siguiendo con el tema de la práctica de la fe, nos presenta a Santiago, quien en su carta nos alerta a conocer la Palabra de Dios, orar con ella y vivirla desde el corazón para llevarla a la práctica en la comunidad: “Acepten dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de salvarlos. Llévenla a la práctica y no se limiten en escucharla, engañándose a ustedes mismos.”
En el Evangelio de Marcos, Jesus propone una serie de principios éticos orientados a la construcción de una comunidad que gire alrededor de la fe, el amor y la esperanza. Una comunidad basada en lazos de solidaridad, equidad y justicia: “Este pueblo me honra de labios afuera, pero su corazón está muy lejos de mí. Inútilmente me rinden culto, pues enseñan doctrinas que solo son preceptos humanos… Óiganme todos y entiendan esto: Nada externo al ser humano puede hacerlo impuro. Lo que realmente hace impuro a uno es lo que sale del corazón.
“Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?” que este domingo XXII del tiempo ordinario podamos renovar nuestro discipulado misionero y que juntos como Iglesia en salida, vayamos a las periferias a llevar este mensaje con nuestras palabras y nuestras obras.