Donde esta tu tesoro, ahí está tu corazón
Reflexiones sobre las lecturas del XVII domingo tiempo ordinario (26 de julio, 2020):1 Reyes 3,5.7-12; Salmo 118; Romanos 8,28-30; Mateo 13,44-52
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
¿Qué es lo más valioso que posees? ¿Cuál es el fruto que produce en ti?
La propuesta del Reino de Dios que Jesus nos comunica, no solo se basa en una relación personal con Dios, la cual es fundamental e importante; sino también, busca que esta relación personal de frutos comunitarios “Amar a Dios que reina en el mundo.”
En el evangelio de Mateo, este domingo, Jesus nuevamente usando metáforas, nos presenta el valor del Reino de Padre, su efecto en nosotros y la actitud que debemos tener frente al mismo: El reino de los cielos se parece a…un tesoro escondido o a una perla de gran valor; dejando claro que cuando alguien se encuentra “un tesoro escondido” o esta “perla de gran valor” primero que nada se llena de mucha alegría y segundo, de seguro va hacer hasta imposible para obtenerlos:
¿Qué es lo más valioso que posees? ¿Cuál es el fruto que produce en ti?
¿Cómo lo cuidas? ¿Qué estarías dispuesto hacer para no perderlo?
“Busquen, ante todo, el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.” (Mt 6;33) la propuesta del Reino es para todos y cada uno de nosotros. Este Reino es una propuesta para aquí y para hoy: Donde quiera que estemos y en las circunstancias en que nos encontremos.
El Reino de Dios es distinto a cualquier reino humano: Parte de este mundo hacia la plenitud, pero se puede experimentar aquí sus primeros frutos. Buscan satisfacer los anhelos más profundos del ser humano. Es inclusivo y universal. Se da a partir de un proceso de conversión personal que lleva a un compromiso y un cambio social. Este Reino se expande a partir de la participación personal y comunitario de los discípulos misioneros. Cada uno somos llamado de manera especial a ser parte de esta misión.
¿Somos capaces hoy de entender esto?
¿Hemos encontrado el tesoro que da sentido a nuestra vida?
¿Cuáles son los frutos que el Reino de Dios produce en nosotros?
¿Estamos dispuesto a permitir que, a través de nuestro discipulado misionero, Dios nos guie en la búsqueda del Reino y su justicia?
Que este domingo XVII podamos reflexionar sobre el Reino de Dios, su esperanza y el valor que tiene para nosotros y así podamos proclamar junto con el salmista: ¡Cuánto amo tu voluntad, Señor!