El Reino es como una semilla de mostaza
Reflexiones sobre las lecturas del XI domingo del tiempo ordinario - (13 de junio 2021): Ezequiel 17,22-24; Salmo 91; 2 Corintios 5,6-10; Marcos 4,26-34
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Jesus utilizando las parábolas, propone una claridad novedosa frente a la interpretaciones confusas y cargadas de sanciones con las que contestaban los maestros de la ley a la gente.
Este domingo XI del tiempo ordinario, después de celebrar el día pentecostés y las solemnidades de la santísima trinidad y el cuerpo y la sangre de Cristo, las lecturas de la liturgia de la palabra nos presentaran el mensaje a través de las parábolas. Vale la pena retomar estas y reflexionar sobre ellas en nuestra acción misionera.
Las parábolas son básicamente ejemplos cotidianos utilizados para una enseñanza mayor. El uso de estas parábolas es una metodología popular para enseñar, la cual se basa en establecer más allá del conocimiento; una relación y un dialogo entre tema en cuestión, el instructor y sus discípulos. Como resultado se obtiene una mejor comprensión del tema, pero a la vez un fortalecimiento de la relación entre los discípulos y de estos con su instructor.
Jesus utilizando las parábolas, propone una claridad novedosa frente a la interpretaciones confusas y cargadas de sanciones con las que contestaban los maestros de la ley a la gente. También frente a intrincadas y sofisticadas interpretaciones de los maestros griegos, Jesus presenta una evidencia cercana e incontrovertible. Las palabras de Jesus hablan de una cercanía a la vida cotidiana. Jesus se presenta como el maestro; por medio de las parábolas, el proponía acciones necesarias y cercanas a la comunidad.
El profeta Ezequiel, en la primera lectura de hoy, usa también el método de la parábola al comparar la acción de Dios con la de un campesino que trabaja las cumbres áridas de un monte con cedros que son especiales, por la duración de la madera y su belleza. Así será el nuevo Israel un brote, un árbol nuevo plantado en lo alto de los montes de Juda; el profeta tiene la esperanza de que su pueblo renazca después del exilio y perdure como lo hacen los cedros e impregna de esta esperanza su escrito.
Jesus en cambio, en el evangelio de Marcos, no nos habla de árboles grandes. En la primera parábola Jesus nos habla de la fuerza interna de la semilla, que realiza la obra sin que el campesino apenas lo note. Si la semilla encuentra condiciones favorables, crecerá y comenzará su proceso de florecer. El rol del campesino es preparar el terreno, dar seguimiento a la semilla para que esta germine y actuar para recoger la cosecha. De manera semejante es la acción del cristiano en la misión de sembrar el Reino de Dios.
