Miren que realizo algo nuevo ¿Lo pueden notar?
Reflexiones sobre las lecturas del V Domingo de cuaresma (7 de abril, 2019): Isaías 43,16-21; Salmo 125; Filipenses 3,8-14; Juan 8,1-11
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
El texto de la primera lectura de este domingo nos llega del Profeta Isaías. Llamado con frecuencia el profeta del nuevo éxodo. Es interesante como el profeta comienza una introducción haciendo una memoria de los acontecimientos del éxodo, Proponiendo al lector su presencia en la historia entre pasado y futuro. Realzando así el presente. Con lo que recuerda al pueblo de Israel que su fe no radica en acontecimientos y mucho menos de estos en el pasado. Si no, que su fe radica en un Dios que se hace presente (hoy).
Para Israel la memoria, que ayuda a “recordar” es fundamental. Por eso es importante la historia. Para nosotros los cristianos esta historia se vuelve historia de salvación con dos elementos agregados que podemos hacer resaltar: primero, Dios es el Dios de la historia: Pasado, presente y futuro, están en sus manos. Segundo, Dios decide intervenir en esta historia y hace surgir las mujeres y hombres necesarios en los momentos necesarios.
En este domingo último de cuaresma y adentrándonos a la pascua que comenzaremos a vivir dentro de poco, unámonos al profeta Isaías y recodemos la historia, nuestra propia historia y la historia común, para reflexionar y aprender de ella, pero no para quedarnos ahí. Hoy es nuestro tiempo de salvación, hoy es el momento donde, como discípulos de Jesus somos protagonistas en la misión de llevar la alegría del evangelio en el lugar y las circunstancias en las que vivimos. Hoy se nos vuelve a preguntar:
¿Notamos que algo nuevo está surgiendo? ¿Notamos que ya está por brotar? ¿nos damos cuenta de esto? Este es nuestro momento en la historia de salvación. Renovemos pues en esta pascua nuestro discipulado misionero y seamos protagonistas de los nuevos intentos y de las nuevas maneras de llevar este evangelio que da vida. No nos dejemos robar la fuerza misionera, enfrentemos los desafíos, seamos realistas, no perdamos la alegría, ni la audacia, sigamos adelante con esta entrega esperanzada y hoy junto con el salmista digamos: ¡El Señor ha estado grande con nosotros, y estamos alegres!