Vi una multitud inmensa
Reflexiones sobre las lecturas de la solemnidad de todos los santos (1 de noviembre, 2019): Ap 7,2-4.9-14; Salmo 23; 1 Jn 3,1-3; Mt 5,1-12a
MISSIO ofrece "Misión en la Escritura" para alimentar un corazón misionero, proporcionando reflexiones sobre los temas misioneros en las lecturas de los domingos, fiestas y días festivos.
Celebramos la solemnidad de todos los santos, hoy recordamos no solo a los han sido proclamados santos en la historia, sino cada hombre y mujer que han vivido su vida poniendo su fe en la vida cotidiana con actos sencillos, pero llenos de amor a Dios y a sus semejantes.
Es importante que reflexionemos en las lecturas de este domingo en clave de santidad y misión. Ya que la misión es un llamado a la santidad, es un llamado de Dios que nos ama primero, a vivir la experiencia de saberse y sentirse salvado y amado por Jesús. Este amor en nuestro corazón nos impulsa a salir de nosotros mismos y no callar lo que hemos experimentado. Lanzándonos a la misión
La lectura del evangelio de Mateo nos presenta las bienaventuranzas, las cuales son el camino a la santidad para todo hombre y mujer de toda lengua, pueblo, religión raza y nación. Con las bienaventuranzas como brújula que nos guía es posible alcanzar la santidad. Esta es entendida como nuestra intención de cada día de vivir en la práctica nuestro discipulado en relación con Dios y a la misión a la que él nos ha llamado.
La lectura del apocalipsis, un libro de índole profético, que interpreta la historia usando un género literario con un lenguaje metafórico, lleno de visiones y símbolos para sumergirnos en el misterio de Dios y darnos esperanza, nos presenta este domingo un pasaje donde una muchedumbre “de toda lengua, pueblo, raza y nación” junto a los ángeles y a los ancianos esta delante de Dios para alabarlo.
Dejándonos claro la universalidad del llamado a la santidad. Juan, en su primera carta, se une al tema de santidad y misión, profundizando en la relación filial que tenemos con Dios padre, y nos dice que esta relación nos llevara a verlo “tal como él es” invitándonos a mantener nuestra esperanza, purificándonos con él. Ser santo es llevar esta relación filial a su máxima capacidad en cada uno de nosotros.
Dejémonos hoy acompañar tantas mujeres y hombres; santas y santos que han vivido una relación con Dios que los ha llevado a ser signos de Dios que camina con nosotros en nuestras realidades y nos invita a ir más allá de nuestras periferias existenciales.